El Congreso de la República viene oliendo maluco desde hace bastante tiempo. El mal olor se recrudeció en las dos últimas elecciones cuando se evidenció que los partidos políticos habían sido reemplazados por cooperativas de contratistas que eligen a quienes representan más a los contratistas del estado que al pueblo que vota por ellos .El particularísimo olor se oficializó cuando en una matachinuda actitud el presidente del Senado, el benémerito Roy Barreras, después de despotricar contra el mural del Salón de la Constitución, acusándolo de misógino, resolvió atropellar el idioma y ordenó que el Capitolio Nacional se convirtiera en un “pet-friendly” y el senador por Casanare Alirio Barrera le cogió la caña y se apareció con su caballo ”Pasaporte”, una palendra y una escoba para barrer y recoger el cagajón. Si el show se lo quería ganar el Barrera presidente del Senado, el campechano llanero de Barrera fue más eficaz. Roy, plural de Barrera, pretendió hacerse a la moda de los defensores de animales sin haberle limpiado un popó a ninguna de las mascotas de sus varios hogares y el senador por Casanare le desnudó el entramado pluscuanperfecto llegando envuelto en una ruana con su sombrero llanero y montando su caballo, que seguramente él mismo ensilló.
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Roy pretendió hacerse a la moda de los defensores de animales sin haberle limpiado un popó a ninguna de las mascotas de sus varios hogares
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Probablemente ambos hicieron el ridículo de acuerdo con las normas sociales y legales vigentes, pero el del caballo le demostró al poderosísimo médico que la batalla por el poder político puede darse de distintas maneras y en el mismo escenario. Por supuesto, los enemigos de que los humanos sigan montando a caballo cuando ya se están paseando por Marte, arremeterán ahora convirtiendo en acto de crueldad el seguir usando al instrumento de movilización y poder que fue por milenios el caballo y Roy, para conseguirse el voto de los criadores de animales domésticos que se sienten perseguidos por los animalistas, hasta será capaz de redactar la Ley Cagajón para ponerse a la moda.