Eran los caballos más bonitos de las ferias, muchos de ellos descendientes de caballos legendarios como Tayrona, cuyo valor puede costar dos millones de dólares, y Trillos de la Cabaña, quien tampoco le iba en zaga. Sus escaparates estaban llenos de trofeos hasta que en el 2009 el caballista apareció en un informe de la OFAC como uno de los hombres claves en la operación de tráfico cocaína que desde Colombia hacía usando sus empresas Agropecuaria La Cruz S.A. y Criadero Las Cabañas Ltda como fachada.
Durante años le siguieron la pista. Se creía que ya había pagado sus cuentas con la justicia ya que fue detenido en 1995 y pagó una breve condena pero siguió delinquiendo. Una de sus propiedades, llamada Los Remansos, pertenecía al narcoparamilitar Daniel Rendón Herrera, mejor conocido como Don Mario, fue usado para reparar víctimas de los paramilitares.
Uno de sus hermanos, llamado Óscar Iván Tarazona Enciso, fue socio de Helmer "Pacho" Herrera, uno de los hombres más importantes del Cartel de Cali. Según comentó El Tiempo este podría ser apenas un eslabón en la larguísima lista de personalidades vinculadas a la crianza de perros de raza y caballos pura sangre que estaría implicada en narcotráfico.
Oscar Iván Tarazona también se dedicaba a la cría de avestruces, una actividad absolutamente extraña en el país.