“Señores, les voy a decir quién soy: yo soy Pablo Emilio Escobar Gaviria. Mis ojos están en todos lados. O sea, ustedes no pueden hacer una puta sola mierda en el departamento de Antioquia sin que yo me entere. Sí señores, no pueden mover un dedo, así que pues frescos, tranquilos. Ustedes pueden aceptar mi negocio, o aceptar las consecuencias: plata o plomo. Ustedes eligen”.
Wagner Moura nunca pensó entonar aquél discurso que Pablo Escobar le hizo al DAS, en Antioquia, cuando intentaba ingresar mercancía de contrabando. Ni si quiera sabía dónde quedaba ese departamento de Colombia, qué era un paisa, quién era Gustavo Gaviria. Nada. Las referencias de su país en su natal Bahía eran nulas. Tampoco hablaba español ni le interesaba aprenderlo.
Desde su infancia, el hoy intérprete del narcotraficante más conocido a nivel mundial vivió interiorizado en la cultura brasilera. Sus viajes de 2.220 kilómetros se hicieron frecuentes entre Salvador de Bahía, Rodelas y Río de Janeiro. En Salvador adquirió la pasión por el teatro mientras comía bocados de Acarajé y escuchaba la banda Legião Urbana. Sin embargo, terminó estudiando periodismo, carrera que al poco de unos años también abandonó. Lo suyo era la actuación.
Pasaron más de 10 años años para que Moura se convirtiera en uno de los actores más consagrados en Brasil. Su primer salto en la pantalla chica fue en la película Woman on Top, protagonizada por Penélope Cruz. El éxito de esta producción y su participación en el reparto de Abril Despedaçado, As Três Marias y Deus É Brasileiro hicieron que directores como José Henrique Fonseca, Vicente Amorim y Jorge Furtado lo llamaran para participar en sus producciones, hasta que en 2007 interpretó al Capitán Nascimento en la película más taquillera de la historia del cine brasilero: Tropa de Elite.
Con Nascimento en el pasado, Moura emprende un camino por Hollywood en 2013 para interpretar el papel de Spider, en Elysium al lado de actores como Matt Damon y Jodie Foster. Luego vuelve a Brasil, trabaja en producciones como Praia do Futuro hasta que a comienzos de 2014 recibe una llamada de José Padilha, su gran amigo director de Tropa de Elite, quien le propone interpretar un nuevo papel: Pablo Escobar, en una de las apuestas más ambiciosas de Netflix para América Latina.
“Porra, cara”. Esa fue su primera reacción. El capo más reconocido a nivel mundial se convertía en su reto más importante para estremecer a una audiencia internacional y dejar atrás su inmersión en la cultura brasilera. De inmediato, comenzó a tomar clases de español en Río de Janeiro y sin confirmar su participación en Narcos, viajó a Medellín, se matriculó en la Universidad Bolivariana, y tomó un curso intensivo por cinco meses. Aunque ganó fluidez, le faltaba un ingrediente muy importante que ni la calle le brindaba en tan poco tiempo: el acento del capo.
¿Cómo alguien que no ha estado en contacto con el español ni la cultura colombiana fue escogido para interpretar a un personaje como Pablo Escobar?
Antes de comenzar el rodaje de Narcos, los ojos de Netflix estaban enfocados en ganar más audiencia en toda América latina. Inclusive, se pensó hacer la serie – la cual narra la expansión del narcotráfico desde el punto de vista de un agente de la DEA y partiendo desde la industria criminal de Pablo Escobar—en inglés. La serie fue creada por los norteamericanos Chris Brancato, Carlo Bernard y Doug Miro; su director es el brasilero José Padilha, y aunque la mayoría de su rodaje fue Colombia, más del 50 % de su reparto, como Moura, son actores latinoamericanos interpretando papeles de colombianos.
A pesar de las críticas de la audiencia colombiana por el hecho que Netflix escogiera a un actor que no conocía la cultura cafetera para interpretar a un personaje tan representativo como Escobar, la empresa de entretenimiento estadounidense le apostó más al talento y experiencia de Moura, que al acento que encara en Narcos. A lo largo de la serie se ve la evolución de su fluidez en el español y la interpretación de una versión diferente de Escobar que resulta difícil comparar con la desempeñada por Andrés Parra y Benicio del Toro. A final de cuentas, Narcos no es una serie sobre el capo sino una serie sobre el origen del narcotráfico, narrada desde el punto de vista de los gringos.