En el marco de la feria del libro de Cali se presentó el libro Bolívar, su gloria y triste final, de autoría del historiador y exdiplomático Armando Barona Mesa, quien actualmente es el vicepresidente de la Academia de Historia del Valle del Cauca.
Dirigió el conversatorio de presentación el periodista y escritor Luis Guillermo Restrepo, quien fue llevando al autor, paso a paso, por la vida de Bolívar.
Ahora que hay algo de reposo, he revisado el contenido del libro y es una joya de la literatura histórica. Está muy bien escrito, con pasión, y estructurado con un método académico riguroso pero atractivo, propio de la prosa de Armando Barona.
Desde el mismo título se puede observar que hay allí una entrega del autor con la existencia del Libertador. Es casi una confesión de parte de su admiración por un masón monumental. Hubo momento culmen, destellante, pero también un final de vida bastante doloroso, que ya ha sido narrado por Fernando Cruz Kronfly en La ceniza del Libertador, Álvaro Mutis en El último rostro y García Márquez en El general en su laberinto. Sin embargo, Bolívar es inagotable.
Recuerdo hace muchos años que un profesor me decía que cada que leía el final del Quijote o textos sobre la muerte de Bolívar a él también se le moría el personaje. Pues a mí también se me muere don Alonso Quijano y Bolívar cuando leo el final de sus vidas en páginas de historia o literatura.
Pero Bolívar sigue entre nosotros. Todos llevamos un Bolívar en el corazón. Qué mejor que a través de las líneas de un bolivariano consagrado, como el doctor Barona Mesa, repasar esa gestas e historias tristes. En estos días de fin de año, cuando llegamos a los 192 años de su fallecimiento, Bolívar sigue tan vigente como ayer.
El libro, que es de una bella edición, inicia con un poema del propio autor dedicado a Bolívar, y le dice: “Retumba/el ruido de su marcha/sobre el corcel de plata/ Y está como un demiurgo/ vigilante/ igual que todas las estrellas”.
Lo prologa el doctor Miguel Santamaría Dávila, presidente de la Sociedad Bolivariana de Colombia, quien destaca ese trabajo investigativo de Armando Barona sobre la vida del gran hombre nuestro.
Me consta que Armando dedicó años y años a esta tarea, paralela al ejercicio de la abogacía, y de las tertulias que hace en café Gardel con sus inseparables amigos, donde oye tango y boleros; incluso allí, con algún pasaje de ciertas melodías, relucía alguna idea alrededor de Simón Bolívar. Y lo describía bailando, alegre, mujeriego, inteligente, que casi nos lo hacía palpar por la forma en que Armando se refería al Libertador.
Se consagra Armando Barona Mesa, una vez más, como historiador destacado. Como investigador nato, como escritor ni qué decir. Es una pluma que suelta una prosa poética sin elevarse demasiado que no se entienda, ni aterrizar tanto que quede en un lugar común.
Bolívar, su gloria y triste final debe ser un libro de permanente consulta y que debe nutrir las bibliotecas de quienes nos interesamos por la historia de este país. Es una biografía nítida, de cronista, de hombre de letras amante de la música, de la poesía, como lo fue Bolívar.