Si quedaban dudas estas han quedado resueltas. El Bayern en este momento es James y diez más. El técnico Jupp Heynckes se equivocó al no ponerlo de titular y escoger al maltrecho chileno Arturo Vidal. Mientras estaba James en la banca el Sevilla lo paseó. Incluso se fue al frente y parecía que en cualquier momento llegaría el segundo gol. Faltando diez minutos para terminarse el primer tiempo Vidal no dio más. James entró y a los dos minutos le puso el gol a Ribery y el equipo empezó a generar mucho fútbol. La jerarquía la tenía James en sus pies.
El sábado pasado James Rodriguez fue el motor con el que el Bayern, en el clásico alemán, trituró al Borussia Dortmund. Por sus pies pasaron tres de los seis goles del Bayern. Fue tan fulgurante que incluso el siempre metódico y difícil Rummenigge, mandamás del Bayern ordenó desembolsillar un precio que suena a una ganga teniendo en cuenta que jugadores de menor calidad que él, como Pogba o Coutinho, sobrepasan los 100 millones de euros: es que 55 millones parecen una bicoca teniendo en cuenta la calidad de un crack como James.
En el Sánchez Pijuan dio muestras de su grandeza. Apenas entró el equipo bávaro cambió hasta el punto de darle la vuelta al marcador. No sólo fue una cuestión de resultados sino de juego: el Bayern, con James en la cancha, fue más que el Sevilla, por eso ganó de visitante. James volvió a mostrar que en este momento es más que ídolos como Robben y Ribery. Fue una inyección anímica y de fútbol. Cada vez más James se afianza como ídolo del elenco bávaro