La Parada del municipio Villa del Rosario, ubicado a 15 minutos de Cúcuta y a 2 kilómetros de distancia de Venezuela, es el punto donde niñas venezolanas se prostituyen para subsistir.
Desde los 10 años, migrantes venezolanas trabajan de día o de noche ofreciendo servicios sexuales por 30.000 pesos, menos de 8 dólares al cambio. Con las ganancias cubren gastos de comidas, ropa, y pagan arriendos.
Ángela de 14 años, nombre ficticio de una de las entrevistadas por la periodista Yasmin Velasco, afirma que comenzó a prostituirse luego de ser engañada con una falsa oferta de trabajo en un almacén. “Luego me acostumbré porque no tenía plata para comer”.
La dramática situación es confirmada por Víctor Bautista, secretario de Fronteras en Colombia, quien reconoce que el drama está creciendo.
Él calcula que de la población migrante venezolana que a diario entra a la frontera, “un 40 a 45% son menores de edad”, que en su mayoría vienen solos.
Además, alegó que no cuentan con recursos suficientes para atender a la población migrante, por lo que esperan ayuda gubernamental y del sistema de cooperación internacional, ya que los programas con los que actualmente cuentan son insuficientes.