Nadie podrá contradecir la sentencia que establece que el acto más iluminador del Barbita Vélez son las luces de Navidad del Centro Histórico.
He escuchado a más de un observador, al detallar el decorado, que no queda otro calificativo para el mandatario que el de un tipo “brillante”, igual que las luces de aviones que decoran la muralla.
El mérito del asunto también se lo lleva la primera dama. La bella y agraciada barranquillera María Victoria Donado, conocida por sus amigos y la prensa social del Caribe como la Mayi Donado. Uno podría decir entonces que el asunto es una barranquillerada más promovida por una pareja unida para embellecer el Centro Histórico.
De manera apresurada algunos han asegurado, sin conocer mucho de sus actos, que el Barbita Vélez es un tipo luz-ido. Luz por su afición a los buenos alumbrados navideños, pero bastante ido en sus actos como mandatario.
Cambiar el escudo colonial por el ya imperante republicano es de una oscuridad lamentable. Colgar en las paredes de los colegios públicos del Distrito su fotografía enmarcada como estampita del Sagrado Corazón tiene más visos de vedette que de alcalde. Hay que decir que la palabra francesa vedette significa “estrella”, que va de la mano con los comentarios de los desprevenidos que aseguran que el Barbita es un tipo absolutamente brillante.
Diga usted sino es brillante, colocar una placa para homenajear al pirata inglés Edward Vernon, tomarse fotos con Carlos, heredero de la corona inglesa y su amada Camila, duquesa de Cornualles, para luego arrepentirse del hecho. Una polémica que culminó con un certero mazazo de Jaime Rendón, luego de que el alcalde, en un acto lúcido (ese sí) decidiera retirar el mármol esculpido.
Las foticos en los colegios, no han corrido con la misma suerte. Seguro algunos ya tendrán sus lucecitas de Navidad en el marco que darán al modelo un aire de elevada santidad. La idea no es mala. Qué aparezca pronto algún defensor del pueblo y proteja a los muchachos de estos excesos de brillantez.
Mala idea, y en eso sí hay consenso a gusto de algunos expertos transeúntes, hacer de la torre del reloj la estructura de un pino navideño que terminó opacándola y oscureciéndola. Caso crítico es la figura que ha sido distinguida por visitantes y residentes como pulpo abisal, logo de hamburguesa norteamericana, cefalópodo costero, arácnido gigante, que terminó tragándose al pequeño Simón Bolívar del bulevar que indica el retorno al Centro o camino a Bocagrande. Ciertos historiadores han sospechado allí un ataque a las ideas bolivarianas, pero todo es pura especulación. Algo se le ocurrirá a la Mayi Donado el próximo año, pero el lunar no es tan grande, pero sí aparatoso.
Los hoteleros y Cotelco, la asociación que lo une, brillan de felicidad, y también por su ausencia. El próximo año, ya que Mayi les ilumina el Centro, para que la presencia turística aumente, Cotelco debería encargarse de iluminar barrios emblemáticos como El Pozón, Nelson Mandela, Fredonia, Nariño, San Francisco, Lomas de Peyé, Santa Rita, para que más turistas recorran nuevas rutas sobre la ciudad. La primera dama está abierta a nuevas propuestas.
El Barbita reconoció en Caracol el esfuerzo que realizan más de 50 empresas de la ciudad que aportan sus foquitos para que se luzca y aparezca como un ser iluminador, así sea sólo en Navidad. El próximo año será su última decoración navideña y diremos entonces todos bien ido sea la luz del Barbita Vélez.
