El as bajo la manga
Opinión

El as bajo la manga

Por:
mayo 17, 2015
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Alí al Naimi, el zar del petróleo y ministro de Energía de Arabia Saudita, es un personaje singular, un zorro en toda la extensión de la palabra. Elisa Pastrana le hizo una excelente reseña a Al Naimi en este diario el 27 de enero pasado. En dicho artículo Elisa señalaba:

 Por eso ha llamado tanto la atención que el 23 de diciembre le dijera al Middle East Economic Survey: “Ya sea que el petróleo baje a 20 dólares por barril, a 40, 50 o 60, es irrelevante”. Y le resulta irrelevante porque al Naimi está totalmente decidido a no dejarle arrebatar a Arabia Saudita el primer puesto como productor mundial ni su participación en el mercado… Ibrahim Al-Assaf, el ministro de Finanzas dijo hace pocos días que “tenemos la capacidad de soportar los bajos precios del petróleo a un mediano plazo de hasta cinco años, incluso si eso significa utilizar las reservas fiscales para cubrir un gran déficit”. Con un ingrediente adicional: la certeza de los sauditas  en que además del crudo y las reservas, tienen las relaciones con los bancos y el acceso a la financiación que otros productores dentro y fuera de Opep no tienen.

Buena parte de los analistas creen que lo que desvela a Al Naimi es la producción de esquisto, o la próxima autosuficiencia petrolera de Estados Unidos. Otros tienen la certeza de que el zar saudita pierde el sueño por los posibles aumentos de producción de Irán, de Libia, y de Irak. Pero la realidad es otra: a Al Naimi lo que verdaderamente le quita el sueño es la muy real posibilidad de que la demanda por el petróleo empiece a declinar antes, mucho antes, que empiece a declinar la producción y la oferta de petróleo.

En opinión del autor de esta columna Al Naimi tiene toda la razón en desvelarse: el fin del petróleo como combustible se acerca. Y no es que se acabe el petróleo. No se puede olvidar la célebre y sabia observación de jeque Yamani: “La edad de la piedra no se acabó porque se hubieran acabado las piedras”. Lo que va a ocurrir en un futuro no muy lejano es que el mundo va a sustituir los hidrocarburos por otros combustibles, principalmente por la electricidad y el hidrógeno; y va a continuar los esfuerzos de sustituir la energía no renovable como aquella basada en los hidrocarburos por la renovable, como la eólica y la solar. Y de llegarse ese día, la propia supervivencia de Arabia Saudita puede estar en juego. Un filósofo del desierto recientemente expresaba este dilema de la siguiente forma: “Mi padre montaba en camello; yo lo hago en un Mercedes Benz; mis hijos volverán a montar en camello.” Hay tres noticias en el transporte eléctrico que tenemos la certeza que el señor  Al Naimi ha analizado detenidamente porque el 70 % del petróleo se usa es en transporte, ya sea como gasolina (incluyendo de aviación), diésel, o búnker. Las tres noticias son:

  • Apple, la compañía de mayor valor bursátil del mundo, con una caja que supera los US$180.000 millones, ha anunciado extraoficialmente que tiene más de 1000 ingenieros trabajando en un carro eléctrico que piensa sacar al mercado antes de 2020.
  • Por primera vez en Japón, país que lleva 30 años a la vanguardia del sector automotor, hay más estaciones de recarga eléctrica que de gasolina.
  • BMW y Porsche, dos de las empresas en el filo de la navaja de la tecnología, han anunciado que para 2024 solo van a fabricar autos eléctricos o híbridos.

Es evidente que lo que desvela al señor Al Naimi es que la demanda por el petróleo se derrumbe antes, mucho antes, que se acabe este hidrocarburo. ¿Qué es lo que eventualmente puede ocurrir para que se desplome la demanda por el petróleo? Para entender la respuesta a esta pregunta es necesario entender que el 70 % del petróleo se utiliza en el transporte, ya sea de vehículos, aviones o barcos. Si se impone la electricidad como combustible, ya sea electricidad tomada de la grilla o generada por medio de celdas de hidrógeno, es evidente que la demanda por el petróleo va a declinar, muy posiblemente de manera acelerada.

¿Y cuál es el as bajo la manga que tiene Al Naimi? Que el costo de sacar petróleo en Arabia Saudita puede ser tan bajo como un dólar por barril. Y a ese precio, no hay energía alterna que pueda competir con el petróleo como combustible. Los sauditas no van a detener el fin de la era de los hidrocarburos. Pero lo que sí pueden hacer es retrasar el cambio. ¿Cuánto tiempo la podrán retrasar? Para el autor de esta nota, entre diez y veinte años.

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