Aunque solo le quedaban dos días como gobernador de Antioquia, Luis Pérez no estaba dispuesto a dejar su cargo sin tomarse la última foto soñada inaugurando uno de sus proyectos más queridos: Parque de Deportes a Motor, Central Park. No le importó que la obra solo estuviera en un 36% adelantada, Pérez, un aficionado de los carros y las competencias, quería dar el banderazo inicial. Y así lo hizo.
Desde la autopista Bogotá-Medellín, quienes ingresan a la capital paisa pueden alcanzar a ver una cinta de asfalto que da vueltas alrededor de un pequeño lago en un lote que por lo demás parece baldío. Está separado de la estación Bello del Metro por el cauce del río Medellín. No es un autódromo, tan solo es una pista de carreras a medio hacer.
El proyecto, que se viene estructurando desde 1997, se volvió una de las obsesiones de Hernán Cuartas, presidente del gremio motor Ecoparmo. Sin embargo, a finales del milenio pasado nadie en Medellín quería saber de carreras. Estaban demasiado cerca los recuerdos de las carreras en las que Pablo Escobar y su hermano Roberto, Carlos Lédher y otros capos del Cartel de Medellín competían con autos exóticos comprados con la plata del narcotráfico.
Aún así, Cuartas asumió la responsabilidad de representar a los gomosos de los deportes a motor, tanto en cuatro como en dos ruedas, y empezó a presentar propuestas para construir un autódromo para los antioqueños. Los proyectos empezaron a acumularse en medio de las negativas de los gobernantes regionales: se imaginaron pistas en La Pintada, San Jerónimo, Santa Fe de Antioquia, Guarne, Girardota y Marinilla, pero siempre se volvía al mismo punto, el predio C de la Unidad Deportiva Tulio Ospina.
Las obras en el autódromo están paradas desde abril de 2020, lo que ha llamado la atención de los entes de control. Foto: cortesía VIVA Antioquia.
El predio de 90 hectáreas se encuentra en inmediaciones de las estaciones Bello y Niquía del Metro de Medellín. Fue donado por el ingeniero, empresario y líder minero Tulio Ospina, hermano del expresidente Mariano Ospina Pérez, en 1978. Su objetivo inicial era convertir el predio en un espacio con fines recreativos para los habitantes del Valle de Aburrá, pero sus planes fueron cambiando con el paso de los años.
Un pedazo del lote fue invadido para la construcción de viviendas. Otro lote fue tomado por el Metro de Medellín para la construcción de sus talleres, y también se construyó un estadio de fútbol. Solo hasta 2017 la restricción de fines recreativos fue levantada, y los predios pasaron a ser propiedad de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia. En ellos se construirá una ampliación de los talleres del Metro, una sede universitaria, un centro multimodal y dos parques.
El segundo de estos parques, separado de los demás predios de la unidad deportiva por el río Medellín y la Avenida Regional, es el Central Park Bello.
Hernán Cuartas encontró en el gobernador Pérez el aliado que tanto había esperado para sacar adelante el proyecto. Pérez fue un entusiasta promotor del autódromo en el municipio de Bello. Allí se construye lentamente un circuito inspirado en el Autódromo Hermanos Rodríguez donde se corre el Gran Premio de México de la Fórmula 1.
Uno de los últimos actos de gobierno de Pérez Gutiérrez fue inaugurar la pista asfáltica del circuito el 30 de diciembre de 2019, a un día de entregar su cargo. Foto: Gobernación de Antioquia.
A pesar de semejante referente, la pista tiene objetivos más modestos. Con 2.6 kilómetros de longitud, no podría recibir un gran premio, pero sí a categorías internacionales como la Fórmula 3 o la Indy Lights. Además, el diseño y las normas de seguridad, homologadas por la Federación Internacional del Automóvil (FIA), lo pondrían en una mejor posición que el único autódromo existente en Colombia en la actualidad, el de Tocancipá.
Así mismo, la comunidad deportiva de Bello y el Norte de Medellín también está muy interesada. Una zona del autódromo fue diseñada para convertirse en patinódromo y pista de atletismo. En otra, alrededor de un pequeño lago, se instalarán zonas de protección y árboles. Las tribunas fueron diseñadas para permitir conciertos y festivales de hasta 90.000 personas, por lo que también se plantea como una alternativa para eventos masivos con más capacidad que el Atanasio Girardot o la Plaza de Toros La Macarena.
Sin embargo, la obra ahora está en la lupa de la Contraloría. Luis Pérez la dejó financiada y le invirtió $140.000 millones para estrenarla lo más pronto posible, pero los problemas comenzaron a aparecer. Además de los retrasos, los predios estarían todavía inmiscuidos en una pelea por invasiones que se han ido levantando en estos años. Finalmente, todavía faltan las obras de adecuación arquitectónica como la construcción de garajes, tribunas y dos puentes peatonales para conectar al parque con el Metro están pendientes.
La pista del Autódromo de Antioquia está asfaltada, pero las obras a su alrededor están abandonadas. Foto: VIVA Antioquia.
El contralor Felipe Córdoba estuvo la primera semana de agosto visitando la obra para verificar que todo estuviera en orden. Pero se llevó una sorpresa. La obra avanza a paso de tortuga y la interventoría le pidió a la gobernación el soporte de pagos por casi $25.000 millones en 2019, pues hoy en día no es claro dónde terminó esa plata. Ante la alerta y la presión de la Contraloría, el gobernador (e) Luis Fernando Suárez y el secretario de Infraestructura Juan Pablo López decidieron suspender la obra este miércoles.
Todo parece indicar que Luis Pérez, quien la próxima semana inscribirá su precandidatura presidencial por firmas, no verá pronto su gran sueño de ver a Antioquia con un autódromo. Aunque el exgobernador ha defendido su actuación, todavía quedan muchas cosas por hacer en el parque de Bello. Solo le queda la foto.
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