El 1 de enero del próximo año 2014 se aumenta la edad de jubilación para hombres y mujeres. Los primeros alcanzarán su pensión de vejez a los 62 años y las mujeres a los 57. El problema pensional no radica en la edad de jubilación, países latinoamericanos como Argentina y Brasil tienen edades más largas para lograr la pensión de vejez (65 años para hombres y 60 para mujeres), siendo estas dos naciones con economías mucho más fuertes que la colombiana. El fracaso del sistema pensional tiene dos factores: El primero el desempleo y empleo informal. El sistema de seguridad social en Colombia a partir del año 1993 y con sus posteriores reformas ha soportado su sostenimiento sobre el principio de solidaridad que no es otro que el de garantizar la mesada pensional de quienes han cotizado y con los aportes de quienes aspiran igualmente a gozar de tal derecho. En el plano de nuestra política económica nada puede soportar este sistema sin la realización de este principio. Ahora bien, la solidaridad que se predica debe tener una realización efectiva en cada uno de los cotizantes a través del empleo pleno que permita a muchos de nuestros trabajadores acceder al sistema de seguridad social y realizar allí sus respectivos aportes para su sostenimiento. El empleo informal y la precariedad laboral y prestacional de muchos ciudadanos deja en evidencia la imposibilidad de la realización de dicho principio, esto llevará al colapso del sistema que se ha preocupado más por el recaudo y la rentabilidad de los aportes a través de inversiones en otros renglones de la economía que en la sostenibilidad del mismo. En el trimestre de agosto a octubre de 2013 según datos del DANE la informalidad es del 49,1% y el trabajador por cuenta propia acumuló el 59,5% de la población, el promedio de cotizantes a pensiones fue de 45,7% de la población ocupada
(http://www.dane.gov.co/files/investigaciones/boletines/ech/ech_informalidad/re_ech_informalidad_ago_oct2013.pdf).
Estas cifras oficiales dejan entrever la dificultad frente a la población que cotiza, que se encuentra por debajo de la mitad de la población que actualmente labora. Si los gobiernos de turno no trazan una política de Estado (que no lo hará la clase gobernante tradicional) que permita la formalización del empleo y el acceso al mismo en condiciones de dignidad y justicia, el sistema irremediablemente tiende al fracaso.
El segundo factor es la estructura financiera del sistema, que privilegia la acumulación en grandes fondos e inversionistas privados que logran grandes ganancias con el dinero de los cotizantes. Al periodo de octubre de 2013 los rendimientos de los fondos de pensiones fueron de 1,8 billones de pesos y su consolidado para esa etapa es de 133 billones de pesos; los mayores capitalizadores de las grandes empresas colombianas son los fondos de pensiones, pues son los principales compradores de acciones en la bolsa colombiana; el dueño del 80% del capital de dichos fondos es del grupo AVAL que compró a la holandesa ING y a la española BBVA el capital de sus fondos pensionales en Colombia, así, en manos de Luis Carlos Sarmiento Angulo se encuentra el destino de más de 10 millones de pensionados. Las inversiones de nuestros dineros se encuentran en empresas como Argos, Ecopetrol, SURA, y falsamente se ha dicho que los trabajadores son los dueños de las empresas más grandes del país (mirar artículo del tiempo http://m.eltiempo.com/economia/trabajadores-duenos-de-las-empresas-mas-grandes-del-pais-gracias-al-ahorro-para-pensiones/7791237/1/home) cuando en verdad lo que se ha hecho es tomar el dinero de los trabajadores y cotizantes para capitalizar las empresas de un grupo de parásitos capitalistas colombianos; no hay mejor manera de capitalizarse que con el recaudo de los ciudadanos. Estas inversiones además se encuentran en renta variable y no en renta fija, susceptibles irremediablemente de quebrarse y evaporase como el caso INTERBOLSA. Varias reformas se han aprobado con el fin de asumir el inconveniente, que lo único que ha hecho es capitalizar más a los fondos de pensiones (ley 1450 de 2011), de allí que ahora se hable de la posibilidad de cotizar a los trabajadores ocasionales un monto por el tiempo diario o semanal de labores y no por períodos mensuales (decreto 2616 de 2013), ya que al sistema financiero le importa captar dinero así sea poquito a costa de la precarización del trabajo.
Ahora con la extensión de la edad de jubilación, se sigue ampliando la edad para el recaudo, que beneficia la rentabilidad de los fondos pero no genera sostenibilidad en el sistema y lo que se busca es un paliativo a una grave enfermedad que puede matar a la sociedad colombiana. Si el sistema colapsa (como puede proyectarse a mediano plazo), muchos pensionados que han laborado largos años de su vida se quedarán sin una mesada para sus subsistencia y los fondos le dirán al Estado que se han quebrado, que aquél asuma la carga pensional porque ellos se van con sus ganancias a otro lado, tal como ha sucedido en el sistema de seguridad social en salud.
Al día de hoy Colpensiones se encuentra en una grave crisis y siendo estos fondos privados un buen negocio nada será claro si el empleo no es pleno y sostenible y las cotizaciones de los trabajadores sean manejadas irresponsablemente con el discurso de la rentabilidad. Eel hueco se hará más hondo y no habrá quien lo llene en estas condiciones.