Y colorín colorado esta historia apenas ha empezado, esto es lo que parece decir el COVID-19 a las autoridades de nuestro país, pues con el paso de los días son más y más las medidas desesperadas que se toman en las diferentes regiones, dado que el pico de la pandemia apenas empieza y ya el sistema de salud no resiste más.
Hablemos de las tres ciudades más importantes de país. Empecemos con Cali, donde a inicios del mes de julio, el alcalde Jorge Iván Ospina, en contra de todo pronóstico, decidió que compraría un lote de 20.000 dosis de Ivermectina como tratamiento experimental en pacientes positivos y sospechosos para COVID-19, y que aunque es un antiparasitario, básicamente antipiojos, ya ha sido utilizado en otros países para disminuir el proceso inflamatorio y de deficiencia respiratoria, al parecer con buenos resultados. Esta disposición ha contado ya con el apoyo del sector médico y científico, pues no ha traído como consecuencia ninguna víctima fatal durante los más de cuarenta años que ha sido utilizado y ha demostrado tener efectos antivirales. Así mismo, siguen las medidas de alerta roja en algunas comunas de la ciudad, y el pico y cédula para evitar las conglomeraciones que puedan extender el nivel de contagio, aunque la desobediencia civil sigue al máximo conllevando a las autoridades a encontrar frecuentemente fiestas clandestinas.
Mientras tanto el alcalde de Medellín, Daniel Quintero, ha causado polémica por el apoyo que pidió a otros países como: Francia, España, Alemania y Estados Unidos para ser tenidos en cuenta ante las pruebas moderna, pero lo que más ha sido criticado fue su solicitud a Cuba para que apoyen la ciudad con personal médico para atender el COVID-19. Lo anterior ha causado revuelo entre la ciudadanía que lo ha tildado de castrochavista. Incluso, el gobierno nacional, en cabeza del ministro de Salud, Fernando Ruiz, ha afirmado que “Colombia, aún no se encuentra en una emergencia de etapa 4 tal que no le permita proveer las necesidades propias de la pandemia, la opción de vincular médicos extranjeros sería la última a tener en cuenta”. Como quien dice, el mandatario “se los pasó por la galleta”. Sin embargo, ha recibido ya más de 100.000 pruebas en donaciones para su ciudad. Y para completar, ahora el Dr. Quintero fue confirmado como positivo para coronavirus y anda aislado de su familia, pero sigue trabajando en un sitio adecuado con tecnología y todas las medidas de bioseguridad por ser asintomático.
Por su parte, en Bogotá, siendo la ciudad más afectada proporcionalmente por tener el mayor número de habitantes, la alcaldesa Claudia López, aunque no realizó la cuarentena total para la capital, ya que no fue aprobada por el gobierno nacional, sigue implementando, además del pico y cédula, el cierre total por días de varias localidades en las que se ha presentado el mayor número de casos positivos. Así mismo, tomó nuevas medidas que ante los ojos de los ciudadanos son vistas como extremas: cuando haya en el hogar un solo positivo de coronavirus, la familia entera debe entrar en cuarentena por 14 días para evitar más contagios, afirmó: “no hay un caso positivo, hay una familia positiva”; y se deben quedar en casa quienes tienen comorbilidades de: sobrepeso, tensión alta y diabetes, ya que “2 de cada 3 personas con estas enfermedades están falleciendo”, como quien dice, pocos se salvan de la cuarentena estricta.
Con este panorama, lo cierto es que cada alcalde debe enfrentarse a pesar de todo, a la indisciplina de algunos que se las dan de “vivos” y no cumplen las normas aun cuando el peligro está latente; llevando a los mandatarios a tomar, en algunos casos, “medidas desesperadas” que van y se reversan, a veces no muy bien comunicadas, causando confusión en los ciudadanos, pues lo cierto es que hoy existen más de 40 excepciones para movilizarse autorizadas por el gobierno central. Todo para lograr bajar el alto impacto en contagiados y muertes que ha traído la pandemia a nivel mundial y que por ahora promete quedarse entre nosotros durante mucho tiempo más, incluidas las fechas de navidad y año nuevo, como quien dice a cantar antón tiruriruriru el próximo año.