Las versiones no coinciden. El ejército lo presentó como integrante de la columna Dagoberto Ramos, disidencia de las Farc y como dado de baja en medio de un combate. Al mejor estilo de los falsos positivos. Pero la comunidad de la vereda La Laguna, en Corinto, lo desvirtuó con pruebas detalladas.
Los pobladores aseguran que los soldados de la Tarea de Fuerza Apolo retuvieron, torturaron y asesinaron a Flower Yaín Trompeta Paví, un comunero del resguardo indígena y líder campesino que trabajaba de cerca en los procesos que lleva la Asociación de Trabajadores Pro-Constitución Zonas de Reserva Campesina De Caloto – ASTRAZONACAL y la Asociación de Trabajadores Campesinos Zona de Reserva Campesina del Municipio de Corinto – ASTRAZONAC. Este es su relato:
En la mañana del pasado martes 28 de octubre Flower salió de su casa para ir a trabajar a la finca de su abuela, a unos escasos diez minutos a pie. Cada vez que podía, le echaba una mano junto a sus hermanos. Sin embargo, ese día sería distinto. El Ejército merodeaba la zona.
Su abuela, quien no se encontraba en la finca, se topó de regreso con varios hombres armados que, a pesar de llevar el uniforme del Ejército, se presentaron como paramilitares. Interrumpieron su camino, y le ordenaron devolverse hasta el caserío, no muy lejos de ahí. Preocupada, regresó custodiada por tres uniformados hasta la entrada del pueblo y se dirigió a la casa de sus nietos. Les contó que los hombres armados no la habían dejado pasar hacia la finca. Flower seguía allí.
Uno de sus hermanos, Duver Efraín, no dudó en salir a buscarlo. Ya era mediodía, y todavía no tenían ninguna información. Sin embargo, cuando Duver llegó hasta la finca, encontró el cuerpo de su hermano tirado en el suelo. Los soldados descubrieron a Duver muy tarde. Según su propia versión, le apuntaron con sus armas, lo hicieron subir por lo menos 150 metros por uno de los cafetales de la finca y lo obligaron a desnudarse. Un teniente, uno de los soldados que cargaba el radio y uno más que tenía un lunar en el rostro lo acusaron de ser un guerrillero integrante de la Dagoberto Ramos. Durante casi una hora lo tuvieron sentado, humillado con la mirada en el suelo.
Hacia la una de la tarde aterrizó en la zona un helicóptero con agentes del CTI; la comunidad entró en alarma. Ya no era uno sino dos los Trompeta Paví que estaban desparecidos, mientras los nervios aumentaban por la presencia de la Fiscalía, que no hizo otra cosa que desplazar unos agentes del CTI a realizar el levantamiento de un cadáver.
Esta vez fue una de las hermanas de Duver y Flower la que reaccionó. Salió rumbo a la finca y enfrentó a los soldados, que dispararon contra el suelo para hacerla desistir de su búsqueda. Pero los campesinos no estaban dispuestos a quedarse inactivos y comenzaron a presionar a los soldados para que dieran respuestas y los dejaran entrar hasta la finca.
El Ejército señaló que Flower Trompeta tenía en su poder explosivos artesanales. Este es el comunicado oficial presentado por la Fuerza de Tarea Apolo.
“¿Dónde está el paquete?”, preguntaron tres hombres armados y vestidos de civil que llegaron hasta el lugar en medio de la algarabía. “ustedes tenían que haber hecho lo que hicieron y sacarlo rápido —dijeron los hombres recriminando a los soldados— porque ahora la comunidad no va dejar hacer las cosas bien”.
Solo hasta las dos de la tarde los soldados dejaron en libertad a Duver Fabián, al mismo tiempo que los agentes del CTI se iban de la zona. La guardia indígena, que ya hacía presencia, pudo entrar a la finca, donde encontró a Flower tirado en el suelo y con signos de tortura. Durante las dos horas que estuvo en manos de los soldados, Flower había sido cruelmente golpeado. El hilo de sangre que iba desde el cuerpo hasta una máquina despulpadora de café era la prueba de que su mano izquierda había sido destrozada antes de morir. Además, tenía un disparo en la espalda que le salió por la tráquea.
Ante la presión de la comunidad y la guardia indígena, que levantó el cuerpo de Flower y lo llevó hasta la cabecera municipal de Corinto, los soldados del Batallón de Alta Montaña N. 8, adscrito a la Fuerza de Tarea Apolo, que al mismo tiempo hace parte de la Tercera División del Ejército, decidieron abandonar la zona hacia las cuatro de la tarde. Sin dar mayores explicaciones, habrían dejado en la finca una serie de artefactos explosivos que sirvieron para que, 24 horas después, publicaran un comunicado oficial en el que aseguran que Flower Yaín Trompeta Paví, de 37 años, “tenía en su poder un fusil M16, un lanzagranadas de fabricación artesanal, material explosivo y municiones”.
El ministro de Defensa, Guillermo Botero, reaccionó nuevamente de manera errática. Aseguró que Flower Trompeta cargaba con un delito.
En relación con los acontecimientos ocurridos en la vereda Media Naranja de Corinto, Cauca, @FiscaliaCol confirmó identidad de Flower Trompeta mediante cotejo dactiloscópico.
Esta persona tiene SPOA por el delito de receptación.
Esperamos informe de necropsia de @MedLegalColombi— Guillermo Botero (@GuillermoBotero) October 29, 2019
La Red de Derechos Humanos del Suroccidente Colombiano Francisco Isaías Cifuentes hizo la denuncia pública de estos hechos. Todavía es mucho lo que tienen que aclarar el ministro de Defensa y las Fuerzas Militares.
¿Por qué los soldados de la Apolo, fuerza comandada por el coronel Sandro Grijales Marín, quien el cargo desde diciembre de 2017, retuvieron el cuerpo del líder indígena durante tanto tiempo, ¿por qué lo habrían torturado?, ¿por qué obligaron a su hermano Duver Fabián a desnudarse y lo retuvieron durante una hora?, y, ¿por qué hombres vestidos de civil les estarían dando órdenes de llevarse el cuerpo? Lo cierto es que actuaron de una manera similar a la de los falsos positivos en tiempos de la Seguridad Democrática, que tienen a más de un militar condenado y a altos mandos respondiendo en la JEP.
