Aunque su nombre es homónimo del torero más famoso de Colombia, nada tiene que ver con la tauromaquia, aunque sí sabe de quites, lances y otras luchas que ha tenido que afrontar en su vida.
César Augusto Rincón González, el artista, el abogado, el gestor cultural, nació en Bogotá, pero desde muy niño su madre se lo llevó a vivir a una el Caquetá, pues era docente en una escuelita rural, lejos de la capital. Luego se trasladaron a Florencia, ciudad en la que terminó su primaria y bachillerato, en el Colegio Nacional La Salle. “Mi niñez como hijo único fue maravillosa al lado de mi madre, Secundina González, una mujer trabajadora y cariñosa que aún tengo la dicha de tener a mi lado”.
Actualmente, César vive en la ciudad de Neiva, “con tres mujeres adorables: mi madre, mi esposa Mary Vega y mi agradable hija de 7 años". "Ellas son el motor de mi vida”, asegura.
Su encuentro con el arte como forma de expresión se da a los 13 años cuando un amigo, quien le prestaba una cámara fotográfica, le puso en contacto con eso de encuadrar, componer y registrar el mundo que le rodeaba por medio de la fotografía.
“Luego inicié a pintar de forma autodidacta y ya con el tiempo visitaba pintores a los que viendo trabajar en sus talleres, les aprendí mucho sobre las diferentes técnicas y estilos”.
¿En qué momento de su vida se encuentra con el arte y cuál inicialmente es la expresión artística que usa para contar su creatividad?
En la década de los ochenta, cuando fui a estudiar Derecho en la Universidad Libre, visitaba en los ratos de ocio, los museos que estaban cerca del claustro educativo, ya que en Florencia Caquetá carecía de estos espacios culturales. Cuando viajé a México y Estados Unidos, quedé maravillado con los monumentos y museos. Fue en el país azteca, a finales de los años noventa, cuando conocí varios pintores, pero en especial dos artistas de Sinaloa; Ernesto Ríos Rocha y José Espinoza Moraila quienes me alentaron para dedicarme, a manera de pasatiempo como gestor cultural y fotógrafo.
Aunque pinto, lo que me satisface es la fotografía. Inicialmente hacía fotografía de desnudos artísticos, pasando por fotografía de paisajes naturales hasta que llegué a la fotografía de aves donde descubrí temas diversos: ecológico, conservación, contaminación, entre otros y la manera cómo ello afecta la flora y fauna del planeta”.
¿Qué influencia tuvo su familia en la decisión de tener en las expresiones artísticas un camino para su vida?
Ninguna. Al contrario, dicen que pierdo el tiempo y dinero en ello…. Que gasto mucho en equipos y accesorios que son muy costosos, además los desplazamientos para buscar aves nuevas generan un gasto extra, sin embargo soy algo obstinado y no les hago caso. Tengo que ser sincero y debo decir que no vivo del arte, soy abogado y me gusta dar clases de arte a los niños.
¿Qué le decidió por la fotografía y la pintura como forma de pronunciarse ante el mundo?
Creo en la democracia y el derecho a la igualdad, y esos principios me llevaron a la gestión cultural y a la fotografía: lo hago más por pasatiempo, porque con ello no gano dinero, más bien gasto. La gestión cultural la hago porque me di cuenta que los espacios para acceder a ellos es difícil, generalmente vedados para los artistas emergentes. Como abogado me di cuenta que tengo facilidad para hablar, llegar a las autoridades culturales y hacer propuestas para representar este tipo de creadores que están marginados del mundo cultural y de esta manera democratizar los recintos con propuestas frescas, pero de artistas desconocidos.
¿Cuáles son las motivaciones principales para realizar estas acciones?
Son muchas cosas pero yo resumiría que la el egoísmo, contaminación y la falta de solidaridad entre nosotros y con el planeta.
¿Qué es para usted el arte?
El arte es la capacidad de poder expresar nuestras emociones de manera estética a través de diversas representaciones de formas, colores, palabras u otras manifestaciones.
¿A qué edad hizo su primera exposición?, ¿dónde fue?, ¿cuál fue la temática escogida?, ¿cómo fue recibido su trabajo?
Como todo artista empecé participando en exposiciones colectivas de pintura, luego retome hace seis años la fotografía, realizando algunas muestras de manera individual.
¿En qué momento se siente reconocido como artista?, ¿por qué?
Creo que uno se siente reconocido como artista cuando su trabajo le gusta a la gente, cuando el trabajo realizado recibe menciones o reconocimientos o cuando se gana un premio; uno se reconforta porque sabe que por va por buen camino pero que necesita mejorar.
¿Qué exposiciones ha hecho hasta hoy?, ¿dónde?
Son varias. Puedo destacar algunas como en el Museo de Arte Contemporáneo del Huila, en las universidades Surcolombiana; La Cooperativa de Colombia en Neiva, Centro Cultural Héctor Polanía Sánchez en pitalito, Galería de arte Frida Kahlo en México, Galería Sala Aires de Asociación Cultural Aires de Córdoba en España, Centro Cultural Centro Municipal de Cultura en Gramado y Gravura art gallery en Porto Alegre Brasil, entre otras, participando también en algunos concursos de fotografía.
¿En qué consiste su trabajo actualmente?, ¿cómo lo ubica?
Últimamente me he dedicado a la fotografía de aves con enfoque ambiental, es decir me gusta reflejar el impacto de la contaminación y el cambio climático en los animales. Por ejemplo: una vez tomé una fotos de un pajarito que hizo su nido con plástico a falta de material orgánico. Hago fotos a las aves que llegan alimentarse en medio de los desechos de plástico y otros materiales altamente contaminantes para que la gente se entere de lo que estamos haciendo con el ambiente.
¿Qué tan receptiva es la sociedad a su propuesta por la paz desde el arte?
Es positiva, sin embargo los más receptivos son los niños. Llevo varios años haciendo talleres mediante un proyecto que se llama Arte sin fronteras por la paz, dirigido básicamente a niños de barrios vulnerables, inculcando y reforzando mediante el arte, principios como la sana convivencia, solidaridad, respeto y otros valores enfocados a lograr la paz.
¿Qué reconocimiento ha recibido su trabajo sobre la paz como camino de convocatoria y motivación?
Son varios reconocimientos por la labor social, ambiental, y cultural otorgados por la universidad Surcolombiana, Fondo Mixto de Cultura del Huila, Secretaria de Cultura del Huila, Museo de Arte Contemporáneo del Huila (MACH) y un homenaje por la Organización Mundial de artistas Integrados en México, entre otros.
¿Para qué cree que sirve el arte en una sociedad tan banal como la que hoy vivimos?
Para sensibilizar los corazones indolentes.
¿Cuál cree que es el papel del arte y en especial en una sociedad que cada vez parecería más insensible a las propuestas artísticas?
Es poder llegar al alma de las personas y buscar un cambio en la mentalidad de la sociedad. Por ejemplo, mediante las propuestas visuales mostrar la parte bella y fea del mundo como la contaminación, el cambio climático, las consecuencias de la guerra, solo por mencionar algunos temas para que tomemos conciencia y cambiemos.
El arte además de embellecer el mundo tiene una función social, la de involucrar a las personas a la acción ya que generalmente queremos cambiar el mundo sin hacer aportes significativos, hemos crecido en mundo paternalista donde la responsabilidad se la transferimos al Estado o a un tercero y no asumimos nuestros deberes. Resulta soñador pero estoy convencido que a través del arte y la educación podemos cambiar el mundo.
¿Cómo llegó a la realización de los festivales por la paz de Colombia?, ¿cómo logró la vinculación de los artistas que en él participan?
Ha sido iniciativa y unión de muchos artistas entre ellos Guillermo Martín Moreno, Gabriel Nieto Nieto, Daniel Arenas Rodriguez, Milton Morales Grillo, Olaff Crown, Antonio Marques, Sayder SDR, Clara Pechansky, Andrea Beatriz García, Oscar Salvador Verna, Francisco Arroyo Ceballos, Ernesto Ríos Rocha y otros destacados artistas que han creído en este proyecto y que lo han apoyado de manera decidida y continuada para que los festivales se lleven a buen término. Es el fruto de más de 20 años de relación con los artistas y organismos multiculturales locales e internacionales a través de la internet y diversos encuentros presenciales y actos culturales realizados.
¿Hábleme un poco de esta segunda edición del festival?
Este festival se realizará del 23 al 27 de septiembre en Pitalito, una ciudad al sur de Colombia pero con bastante actividad cultural. El evento está fundamentado, en primer término, en visibilizar la paz, en estimular y fomentar los principios de la sana convivencia, dejando claro que los protagonistas son los niños y niñas que participan en esta actividad mediante sus obras, destacando las piezas realizadas por infantes con limitaciones físicas. Todos, es decir artistas con trayectoria como los niños queremos visibilizar la importancia de vivir en paz.
Por eso durante los días que dura el festival presentaremos exposiciones de pintura, escultura, dibujo, instalaciones, conversatorios, música, danza, talleres de muralismo, pintura rápida y otras manifestaciones artísticas bajo el eje temático de la paz.
¿Qué proyectos tiene a mediano y largo plazo?
Por ahora estoy programando para 2019 dos interesantes proyectos con niños y un evento en pro de la solidaridad en México y otro en Brasil. En ciudad de México de la mano con la OMAI a través de Ernesto Ríos y en Brasil con Saider SDR, un famoso cantante y activista social y cultural con sede en Sao Paulo.
Además estamos en conversaciones para el proyecto de involucrar varios organismos internacionales para formalizar un premio que sea entregado a los artistas dedicados a fomentar la paz y la solidaridad, pues existen creadores en todo el mundo consagrados estos temas y nos son reconocidos ni apoyados.
Una frase que sea motivación para seguir adelante y que pueda permear la conciencia de quienes aún no la tienen respecto a la paz en el país que habitamos.
La frase no es mía, tampoco se de quien sea pero me encanta: “El arte desarma los corazones y sensibiliza las almas”.