El dueño de la cafetería limpia con creolina, refriega y trapea. Enciende el radio y entre los repetidos números de la tragedia humana que inundan los noticieros, caza un bálsamo hecho bolero. ¡Es Celia Cruz la que canta!, exclama. Luego se persigna y agradece al cielo, esa voz poderosa que parece cantar desde tiempos y espacios remotos, más que una voz es un dulce susurro que dice “te busco perdida entre sueños, el ruido de la gente me envuelve en un velo”.
El momento es mágico y a la vez una paradoja. En la estación de radio se hace un alto para recordar que hace 17 años partió Celia Cruz, pero contrario al verso de la canción de Victor Victor, no hay gente en esta calle bogotana , solo un vendedor de lotería que inicia su jornada , con la rutina de disfrutar de un tinto en el humilde local, en el que desde hace unos instantes el tiempo se ha detenido por cuenta de los sortilegios vocales de la Guarachera de Cuba.
Ahora es Nostalgia el tema que ocupa la atención de los tres que intentamos recordar a la más grande cantante de música latina de todos los tiempos. “Eso es un tango de Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo fue la primera canción que presentó Celia para ganar un concurso” apunta Roberto Sánchez, el don que acaba de arribar. Se dedica a vender suerte recorriendo hasta seis veces la carrera 56 de “El Galán", el tradicional barrio que transita a media marcha esta mañana. La discografía de la guarachera certifica que no grabaría muchas piezas del cancionero porteño, aunque versionó el icónico Uno de Enrique Santos Discépolo así como Desencanto un tema del mismo autor con letra de Luis César Amadori que en 1937 interpretó Ana Luciano Divis, mismo que Celia reprodujo en 1966 al lado de Tito Puente en el disco Cuba y Puerto Rico son.
La teoría del lotero, uno de los millones de seguidores que aún tributan admiración a la cantante nacida el 21 de octubre de 1925, es respaldada por tres textos valiosos de autores que se ocuparon de reconstruir la vida de la reina de la salsa; Azúcar La biografía de Celia Cruz del autor Eduardo Márceles Daconte, Celia Cruz, Reina de la Rumba del caleño Umberto Valverde, y Mi vida biografía oficial de Ana Cristina Reymundo, quienes agregan un elemento novelesco y es el premio que obtuvo la guarachera a saber, un pedazo de ponqué (cake) y una cadenita del programa radial la Hora del té
Como si Celia quisiera darnos pistas desde el otro mundo, pasa un manisero, quien también vende habas y gaseosa. El flaco que ofrece a voz en cuello maíz de “dulce y de sal” es testimonio vivo de uno de los temas más famosos números de la música afroantillana. Del autor Moises Simons Rodríguez y con cerca de 160 versiones, tiene en la interpretación de Celia, una de las más destacadas.
“Ahora solo falta que pasen El Heladero y el Yerberito ya hasta los ladrones que echan Burundanga , no demoran, agrega jocosamente Roberto. Efectivamente se trata de tres temas el primero de Marcy Condón , el segundo de Nestor Milli Bustillo y el tercero de de Óscar Burfartique, prendas recordadas del inagotable catálogo de Celia que parecen encarnar en personajes de las calles de cualquier urbe latinoamericana.
De esa época “matancera” como olvidar el El cumbanchero de Rafael Hernández, que lució en la voz de la reina rumba, "[...] una de las dos mil partituras de El Jibarito considerado el compositor más insigne de Puerto Rico”1
Terminada la corta e improvisada tertulia no queda otro camino que recordar a la Guarachera que nos habla desde su amplísimo repertorio. El lotero se despide, el de los tintos se lamenta ante lo efímero del encuentro, el manisero siguió su camino y hace diez minutos es un recuerdo.
Celia y su voz versátil
Diez películas, 22 discos de oro, ochenta producciones discográficas alinderan su obra y son números que no logran abarcar la dimensión de la más importante intérprete de la música latina. Con su partida hace 17 años en uno de los sepelios más particulares con ritos fúnebres en Miami y Nueva York, sobrevino la condición de inmortalidad, para la Guarachera de Cuba quien se resiste al olvido y mediante sus números más celebrados habita en todos los rincones del planeta donde aún se baila al son de su cadencia irrepetible.
En un recorrido por su discografía trataremos de encontrar aquellas piezas diferentes a los recurrentes éxitos que le valieron la admiración del mundo y que podrían resumirse en Chango ta veni de Justi Barreto, Traigo para ti de Calixto Leicea, Matiagua de Jesús y Rogelio Martínez, Aunque me cueste la vida de Luis Kalaf, Bemba Colorá de José Claro Fumero, Se me perdió la cartera de Arsenio Rodríguez, Baila Yemayá de Lino Frías, Isadora de Tite Curet, Cao cao mani picao de José Carbo, para citar solo algunas de las joyas reunidas en algunas producciones que pudieran ser las más representativos, aunque tratándose de gustos por sus mejores canciones es plausible que no encontremos un definitivo punto de acuerdo.
Difícil reto glosar los cantos que pudieran retratar algunas singularidades de la Reina de la Salsa. Su estilo compendió desde el bolero a la salsa, un pentagrama en el que emergen todas las gamas posibles del goce y la rumba.
En esa indagación musical encontramos una evidencia sonora de la cercanía de Celia con el pueblo Colombiano en el álbum El nuevo estilo de la guarachera (1965). Es Pila pilandera, nombre adoptado en el disco para el tema Danza Negra del maestro Lucho Bermúdez, que suena de maravilla con los arreglos de Vicentico Valdés. También grabaría otros temas de la autoría del compositor carmero; Salsipuedes en una versión más salsera del álbum Mi vida es cantar (1998) sello RMM , Prende la Vela (1951) con la sonora matancera. En 1970 incluye Salsa de tomate de Adolfo Echavarria en el larga duración Alma con el alma, sello Tico.
Interpretaría además Las Pilanderas del maestro José Barros en una versión a dúo con Matilde Díaz, y Cumbiando del músico Héctor Castro, incluido en el álbum Cuba y Puerto Rico son al lado de Tito Puente- sello Tico (1966) Seeco, otro número que valida la admiración de la Guarachera por los sonidos del Caribe colombiano.
Pero si Colombia fue depositaria de los afectos musicales de Celia, México territorio que la acogió tras su salida de la isla, recibió homenajes traducidos en bellas versiones de temas como Te solté la rienda y Tu y las nubes de José Alfredo Jiménez y Cucurrucucú paloma de Tomas Méndez famosa en la voz de Pedro Infante. Celia hizo espléndidas adaptaciones a salsa al lado de Willie Colón en los trabajos Only they could have made this álbum (1977) y Celia y Willie (1981) respectivamente. El aguijón que hiciera muy popular Antonio Aguilar refrenda su capacidad para hacer bailable el sonido ranchero. Sin embargo, junto a Cuando estoy contigo de Armando Manzanero podría considerarse su interpretación del bolero Noche Criolla de Agustín Lara una de las piezas mejor logradas por la Guarachera, aunado a ser ésta una de las canciones preferidas del autor, según lo documentan Pilar Tafur y Daniel Samper Pizano en su novela María del Alma que recrea la vida del genio veracruzano.
Otras gemas que podemos sacar del archivo especial secreto son El Becerrito la canción llanera del venezolano Simón Díaz y El condor pasa del peruano Daniel Alomia Robles. A República Dominicana le tributó homenaje entre otros temas , con la canción Ábreme la Puerta de G Arenas, que lució entre las canciones incluidas en La Ceiba con la Sonora Ponceña para el trabajo La Ceiba (1979).
Para cerrar este capítulo podríamos incluir la Vaca Pinta . Interpretada en papiamento y protagonista central en Algo especial para recordar con Tito Puente (1976) sello Tico y que sonó con gran aceptación en las islas del Caribe especialmente en Curazao. También al lado de Tito Puentes, grabó un álbum que es un santo grial; Quimbo Quimbumbia de 1969 con auténticos diamantes musicales como Aquarius/ Let The Sun Shine In, grabado originalmente por la banda americana de rhythm and blues 5TH Dimension, la recordada y bailable Danza de la chiva así como la incomparable versión de Corazón contento que popularizara Palito Ortega.
(1) Daniel Bendahan Hispanoamerica en la música del siglo XX- Monte Avila Editores 1997.
Referencias bibliográficas
Celia Cruz, Reina Rumba. Umberto Valverde. Arango Editores. 1995.
Azúcar: la biografía de Celia Cruz. Eduardo Márceles Daconte. Azúcar Editores Limitada. 2005.
María del Alma: melodrama novelado de la vida de Agustín Lara. Pilar Tafur y Daniel Samper Pizano. Random House Mondadori. 2003.
Referencias y contexto musical. Discografía Celia Cruz. Sonora Matancera.