La moda tecnológica es una obsesión para los países capitalistas. Colombia, por supuesto, no es ningún país capitalista. Aspira a serlo. Tiene el arribismo para serlo. Por eso, desde que en 1990, César Gaviria lanzó su lapidaria frase de guerra, “Bienvenidos al futuro” y de un plumazo acabó con la microempresa colombiana decretando la Apertura económica que le bajaba los aranceles a las exportaciones, los colombianos se condenaron a ver su miseria en televisores de plasma. Acá no hay derecho ni a la salud ni a la educación de calidad, pero si al arribismo de tener la última friadora, el último televisor plasma.
Por eso siempre buscamos lugares como el que encontramos en la carrera 13 con 58, en Chapinero, donde está el paraíso para los gastones, un Ara con precios de electrodomésticos de locura. Desde televisores Samsung de 55 pulgadas con barra de sonido a 2 millones de pesos hasta freidoras a 150 mil pesos, pasando por licuadoras a 85 mil pesos.
Como las palabras siempre se quedan cortas, hicimos este video de lo que vimos: