Del 11 al 14 de septiembre se realizó el X Congreso de la CGT en la ciudad de Bogotá, que fue instalado por el señor Iván Duque Márquez, presidente de la República, y contó con la presencia de 1800 delegados en representación de 500 organizaciones sindicales y sociales de todo el país.
La tesis política de la Confederación General del Trabajo (CGT) en este magno evento estuvo basada en 16 ejes temáticos que abarcan los grandes temas de la vida nacional, con propuestas que se le hacen a la ciudadanía y al gobierno nacional en busca de la democracia real como opción transformadora para una mejor calidad de vida de todo el pueblo colombiano.
Pues bien, en el evento se presentaron conferencias magistrales sobre asuntos de incidencia capital en la vida de las colombianas y los colombianos como corrupción y su impacto en el desarrollo (con el doctor César Ferrari Quine), y el diálogo social (con una exposición de Alicia Arango, ministra de Trabajo, y pláticas con representantes de los gremios económicos y los sindicatos).
Dentro de estas charlas hubo una acerca del nuevo modelo de desarrollo (a cargo de la Universidad Nacional, el sindicalismo y representantes de algunos ministerios) y la última conferencia estuvo moderada por el exministro de trabajo y exalcalde de Bogotá Luis Eduardo Garzón y fue sobre la CGT de cara al futuro, en donde se resaltó la visión y la misión de la central obrera con respecto al porvenir histórico del país, subrayando que la CGT al ser el movimiento más grande de trabajadores y que tiene la mayor capacidad de movilización, se ha convertido en la fuerza social que interpreta genuinamente la lucha por las reivindicaciones inmediatas e históricas, que son los mismos derechos de la gente.
Además, hubo una conferencia sobre los partidos políticos y las luchas sociales en Colombia (con ponencia de Alfonso Tobón), se realizó un panel sobre la tercerización y protección laboral (con participación de directivos de Asocajas, Acopi, Minsalud, Andi y CGT).
Por otro lado, el viernes 14 de septiembre en horas de la tarde la CGT eligió su Comité Ejecutivo Nacional, con una lista unitaria en donde brilló el consenso, quedando representados todos los sectores y regiones del país. Se nombró en la presidencia de la central al conocido y egregio dirigente Julio Roberto Gómez para un periodo de 5 años.
Cabe destacar en el congreso cegetista la nutrida presencia en la conducción de la CGT de jóvenes y mujeres, lo que demuestra la representación amplia de la confederación, y la asistencia de más de 20 delegaciones internacionales, en cabeza de la ADS (Alternativa Democrática Sindical de las Américas), que exalta el sindicalismo de valores, rechazando ese gremialismo amarillista y clientelista que ha creado confusión en la masa trabajadora de Latinoamérica.
Por otro lado, es importante traer a colación que la condena del Congreso de la CGT a las dictaduras sanguinarias y totalitarias de Nicolás Maduro en Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua fue unánime, así como el repudio a la tiranía comunista cubana que está a punto de cumplir 60 años con su partido único y central única, lo que es un ultraje a la libertad y a la democracia —constatándose por enésima vez que los regímenes de esos tres países son los mayores predadores de los derechos humanos en la región y que lo único que les importa es mantener el poder al precio que sea, sin importar el sufrimiento de la población—.
Así mismo, se reiteró la solidaridad con los refugiados venezolanos, que llegan diariamente a Colombia, lo que demuestra el verdadero internacionalismo del movimiento de los trabajadores colombianos con sus hermanos del vecino país, sabiendo que la crisis humanitaria que viven solo se superará cuando sea defenestrada la camarilla genocida y torturadora de Nicolás Maduro, que es apuntalada desde La Habana por la oprobiosa dictadura castrocomunista.
Sin lugar a dudas el X Congreso de la CGT fue apoteósico cualitativa y cuantitativamente, convirtiéndose en una ejemplar lección organizativa y participativa para todo el sindicalismo.