Después de un 2020 tremendamente marcado por las consecuencias de la pandemia del COVID-19, todos nos preguntamos cuáles serán esos temas y hechos que marcarán el año que empieza. Teniendo en cuenta las tendencias internacionales, la situación al interior del país, así como la gran cantidad de aniversarios y conmemoraciones relacionados, sin duda alguna, el tema que deberá ser el centro del debate nacional en el 2021 es la población negra, afrocolombiana, palenquera y raizal.
2020: Black Lives Matter
Uno de los hechos más recordados del año que pasó, fue el asesinato del ciudadano afroamericano George Floyd, a manos de la policía, lo cual desató una ola de protestas que hicieron arder la ciudad de Minneapolis y estremecer a los Estados Unidos. Al mismo tiempo, diferentes movimientos antirracistas alrededor del mundo se manifestaron, a pesar de las restricciones generadas por la pandemia, para alzar su voz en contra del racismo y hacer caer de manera estrepitosa a esas figuras que representaban el pasado esclavista en América y Europa. Estas protestas tuvieron un impacto internacional inusitado, superando durante muchas semanas, a la pandemia en la primera plana y fueron un hecho determinante en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos. Sería un acto de inocencia o de ignorancia, el pensar que esta tendencia de carácter internacional no tendrá efectos importantes en nuestro país.
2020: ¿Quién los mató? ¿La policía o el racismo?
Cuatro días antes del asesinato de George Floyd, en Colombia, en el municipio de Puerto Tejada, Cauca, falleció Anderson Arboleda, un joven afrocolombiano de 19 años, después de recibir una brutal golpiza por parte de la policía. Anderson no tenía antecedentes de ninguna clase y fue atacado por los agentes, acusado de romper la cuarentena, a pesar de que él se encontraba frente a su casa, departiendo con su familia. Sin embargo, mientras que el asesinato de George Floyd recibió mucho apoyo por parte de los colombianos, con publicaciones de indignación y solidaridad, además del “importante” gesto de cambiar su foto de perfil por un cuadro negro, el caso de Anderson Arboleda apenas recibió atención. Los medios de comunicación trataron el tema de manera superficial y siempre sembrando un manto de duda sobre la situación. Y así, después de unos días, el asesinato de Anderson pasó de moda más rápido que una canción en tiempos de Spotify.
Meses más tarde, otra tragedia golpeó a la comunidad afrocolombiana: la masacre de cinco niños negros en barrio Llano Verde de la ciudad de Cali. Lo sorprendente es que, en lugar de generar indignación y repudio en la sociedad, fueron muchas las voces que cuestionaron este hecho, acusando a los niños de delincuentes, y afirmando que si los habían matado tendría que existir alguna razón, más allá de ser negros. Como si en medio de la caña no se hubiese derramado la sangre de nuestra gente innumerables veces, por el hecho de ser simplemente ellos.
A día de hoy, 7 meses después de lo sucedido, no hay ningún acusado ni capturado por el caso de Anderson Arboleda, ni indicios de que exista una investigación formal. Su familia y el municipio de Puerto Tejada continúan a la espera de una respuesta por parte de las autoridades, pero el común denominador de estos asesinatos es siempre la impunidad. En el caso de los niños de Llano Verde, se tejieron muchas teorías, desde la participación de la fuerza pública en el hecho, hasta el encubrimiento de la identidad de los poseedores del predio en el que sucedió la masacre. Por lo pronto han sido acusados y capturados 3 hombres, uno de ellos recientemente, después de una larga persecución y varios cambios de domicilio e imagen, no muy propios de estos casos, lo que parece esconder una verdad más grande tras estas capturas.
Y lo más preocupante de la situación, es el hecho de que estos asesinatos son siempre tratados como brutalidad policial, enfrentamiento de grupos criminales, retaliaciones y hasta “líos de faldas”, invisibilizando el carácter racial de los crímenes, así como posibles soluciones dentro del mismo marco.
2011 - La Ley Antidiscriminación
Nos encontramos con la primera celebración, los 10 años de la Ley 1482 de 2011, que a primera vista, parece un triunfo de una lucha muy larga y desgastante, pero, pensar que en una sociedad democrática, la discriminación racial no era un delito hace 10 años, es una vergüenza. Sin embargo, representa el único referente legal contra los actos racistas que se presentan día a día en nuestro país, aunque en muchos casos, convierte a estas situaciones en una cuestión de la palabra de la víctima contra la de los victimarios, pues no existe priorización o trato preferencial de los testimonios aportados por los afectados. Adicionalmente, casos como el de John Jak Becerra, activista que sufrió durante años racismo en espacios laborales, nos demuestran la inoperancia e ineficacia del estado, pues a pesar de la existencia de la ley, quienes deben aplicarla, la desconocen, así como también desconocen las numerosas sentencias de la corte constitucional frente al tema, que siguen sin ser aplicadas. Hecha la ley, hecha la trampa.
2001 - Ley 975 y el Día de la Afrocolombianidad
Y así también, llegan los 20 años de la expedición de la ley que estableció el Día de la Afrocolombianidad, para conmemorar la mal llamada “abolición” de la esclavitud, y con el objetivo de reparar la memoria histórica del pueblo afrocolombiano. La ley dispone, además, de partidas presupuestales específicas para esta celebración. ¿Cuál es la realidad hoy? La mayoría de los colombianos, incluidos muchos afrocolombianos, desconocen la existencia de este día, y las actividades organizadas por los gobiernos nacionales y locales son insuficientes (o más bien inexistentes) para lograr los objetivos que buscaba la ley. De allí la importancia del llamado que se ha hecho en anteriores escritos, de convertir al 21 de mayo en una fiesta patria, a la altura del 7 de agosto, algo que verdaderamente representaría la importancia del día en el cual todos los colombianos fueron libres.
1991 – 30 años de la nueva Constitución
Esta es talvez una de las conmemoraciones más importantes, no solo para el pueblo afrocolombiano sino para todos los habitantes de este país, pues en ese año se sentaron las bases del país en el que vivimos hoy. Una constitución producto de la movilización de la sociedad civil, y de la necesidad de renovación, después de más de un siglo de la hegemonía liberal-conservadora, que sacó del mapa político a cualquier otro interés. Sin embargo, la asamblea constituyente, no fue tan amplia y pluricultural como se pensaba, pues el pueblo afrodescendiente quedó por fuera de los escaños, y el único negro elegido constituyente, Francisco Maturana, abandonó su curul por compromisos en el exterior. A pesar de esto, el Movimiento Social Afrodescendiente, a través de alianzas estratégicas y un excelente trabajo de cabildeo, logró que se emitiera el artículo transitorio 55 la Constitución Política. Si usted lo busca, no lo encontrará, pues su naturaleza de transitoriedad, era la de dejar una tarea pendiente y desaparecer después de realizarla. Este artículo se convertiría en la Ley 70 de 1993, un triunfo de la lucha afrocolombiana, y un ejemplo a seguir para toda la comunidad afrodescendiente de Latinoamérica, por la cual se consiguió el reconocimiento de los territorios de comunidades negras y la participación en el congreso con 2 curules en la cámara de representantes. Una historia que nos demuestra, que a pesar de las declaraciones de plurietnicidad de la carta magna, el tema de los afrocolombianos siempre se deja para después.
1861 – El primer presidente afro
Seguramente, muchos lectores se mostrarán incrédulos ante esta afirmación, pero sí, Colombia tuvo un presidente afrocolombiano. Juan José Nieto Gil, se posesionó el 25 de enero de 1861 como la máxima autoridad del ejecutivo en los entonces Estados Unidos de Colombia, en medio de una de las muchas guerras civiles que ha tenido este país. Además de la política, Nieto destacó en muchos campos, como líder de los artesanos, general del ejército federalista, periodista, constitucionalista y escritor de “Ingermina o la hija del calamar”, la primera novela de la que se tiene registro en Colombia. Lamentablemente, la sociedad cartagenera en la época de la “Regeneración” conservadora, envió su retrato a París para ser blanqueado y posteriormente archivado en el palacio de la inquisición. Solo en 2019, después de una larga cruzada liderada por el escritor Orlando Fals Borda y las organizaciones afrocolombianas, su retrato fue recuperado y reinterpretado, para devolverle sus características africanas, y así entrar a la casa de Nariño, donde siempre debió estar. Eso sí, el retrato del presidente Nieto no está en el salón de expresidentes por una cuestión de “espacio”. Un claro mensaje de nuestros líderes políticos: Juntos, pero no revueltos.
1851 – 170 años de “libertad”
Sin duda alguna, la conmemoración más importante de 2021 será el día 21 de mayo, el día en el que todos los colombianos fuimos libres… ¿cierto? Muchos imaginan ese día como una gran celebración llena de júbilo, donde los colombianos de todas las razas se dieron un abrazo y rechazaron todas las atrocidades cometidas, mirando hacia el futuro, soñando con la construcción de una patria más humana, con espacio para todos… Pero nada más distante de la realidad. En Colombia no se abolió la esclavitud, como sucedió en otros territorios, producto de una extensa lucha, guerras y una conciencia moral diferente. Aquí la cuestión se “solucionó” con la manumisión de los esclavos, lo que en términos generales significa, que el estado colombiano pagó indemnizaciones millonarias a los esclavistas, por comprarles sus bienes, en este caso los negros, y en su “extensa misericordia”, el estado no los siguió esclavizando más. Este es, sin lugar a dudas, el acto más cínico y corrupto que se haya dado en este país, donde los esclavistas, quienes al mismo tiempo eran parte del gobierno, saquearon las arcas del estado con el motivo de una indemnización, mientras que a las víctimas de siglos de atrocidades no les correspondió un solo centavo. Si en Estados Unidos, los afrodescendientes recibieron “un cheque en blanco” luego de la abolición, como lo mencionaba Martin Luther King, podemos decir que en Colombia ni siquiera eso tuvimos, sino que les pagamos a los opresores. Pero tranquilos que ya estamos haciendo la factura, y en 2021 venimos a cobrar, con intereses por supuesto.
1621 – 400 años de la traición a Benkos Biohó
Para aquellos que no lo conocen, el señor Domingo Benkos Biohó, nacido en Guinea, África, secuestrado y esclavizado, fue el primer libertador de América, y el primer gobernante reconocido por la corona española en estas tierras. Benkos junto con su esposa Wiwa fueron los líderes de la más grande y más antigua revolución cimarrona del país, cuando escaparon de sus amos y fundaron un asentamiento en la matuna (hoy Montes de María), llamado Palenque, que se convirtió en un espacio de libertad para los negros en medio de la conquista española y en el primer pueblo libre de América. El autoproclamado Rey Benkos y sus cimarrones, atacaban constantemente las haciendas y los barcos esclavistas, liberando a muchos africanos, que encontraban refugio en el palenque. Esto generó una avanzada inclemente del ejército español sobre los cimarrones, pero nunca pudieron ganarles en batalla. Después de años de enfrentamientos, y por medio de la intercesión del obispo de Cartagena, en el año 1613 se firmó un acuerdo de paz, entre el Rey Felipe IV de España y Benkos Biohó, en el cual, el Palenque fue reconocido como un Reino independiente a la influencia española, y a sus habitantes como ciudadanos libres, quienes podían entrar y salir de la ciudad amurallada sin ningún problema. Pero este tratado duró poco, pues en 1619, mientras Benkos caminaba tranquilamente por la muralla, con su traje elegante y su espada, fue sorprendido por la guardia de la muralla, traicionado y apresado. Finalmente, fue torturado, asesinado y descuartizado en plaza pública, el día 16 de marzo de 1621. Sin embargo, más que un escarmiento, la traición de España hacia Benkos, avivó la llama de la libertad en todo el territorio, siendo la inspiración del levantamiento de nuevos palenques de cimarrones durante siglos. Esta es una de esas historias que no nos muestran en el colegio, en donde el afrocolombiano siempre es visto por medio de la institución de la esclavitud. Pero a nuestro pueblo no se le puede olvidar que el primer líder de la libertad en esta tierra fue un negro.
2021 – Los afro a la presidencia
Después de revisar esta línea del tiempo, llena de sucesos que nos muestran una historia, no solo llena de desigualdad, sino de triunfos invisibilizados, llegamos al 2021 con la propuesta de una candidatura afrocolombiana unificada para la carrera presidencial de 2022. Muchos ven esta posibilidad con escepticismo y hasta con desdén, pues la sociedad blanco-mestiza ha logrado dividir a nuestros líderes en medio de su interminable batalla ideológica por el poder, en la que siempre perdemos nosotros. El mensaje para concluir este escrito es claro, esta propuesta no solo es posible sino necesaria para la población negra, afrocolombiana raizal y palenquera. Nuestros líderes deben dejar atrás sus diferencias ideológicas, y coordinar una agenda unificada, que más que izquierda o derecha, se construya sobre la base de la reivindicación, reconocimiento y reparación de nuestra comunidad. Ya nuestra gente ha liderado la libertad de este país, y ha tenido la presidencia en sus manos ¿Por qué ahora no lo vamos a lograr?
No vamos a esperar más. El 2021 será el año de los Afrocolombianos, o no será.
Referencias
- Capturan a alias 'El Mono', presunto responsable de la masacre de Llano Verde
- Cuadro del primer Presidente afro de Colombia ya tiene su lugar en Casa de Nariño
- ¿Qué es el movimiento Black Lives Matter y por qué se creó?