Sublime la exposición de “Fra Angelico y los inicios del Renacimiento en Florencia” en el Museo del Prado en Madrid que se lleva a cabo del 28 de mayo al 15 de noviembre del 2019.
En el comienzo de la exposición dicen los curadores: “Fra Angelico- cuyo nombre verdadero era Guido di Petro, nacido en el valle de Murgello, al norte de Florencia, hacia 1400- fue pintor en Florencia cuando la ciudad hervía en encargos de arte público: la cúpula de Brunelleschi, las puertas del Baptisterio de Ghilberti y las esculturas monumentales de Ghilberti y Donatello para el Orsanmichele, cuartel general de los gremios Florentinos”.
Fue un hombre que hubiera podido vivir felizmente y haber desarrollado toda su pasión artística fuera de la Iglesia. Pero su devoción lo llevó desde muy joven la entrar en Fiesole al convento de los padres Dominicos.
Sus primeros trabajos fueron las miniaturas e iluminaciones de los libros religiosos que lo convirtió en un maestro de la técnica. Algún tiempo después vino el pedido de Cosimo de Medici para que pintara en Florencia la iglesia y el convento de San Marco que es hoy en día un lugar muy especial. En los cuartos del convento pintó el Martirio de Cristo y la vida de cristo con la Virgen.
Pero volvamos a la exposición. Una de las piezas centrales de la exposición es la Anunciación de la Virgen y La expulsión de Adán y Eva del Paraíso que pintó entre el 1425- 1426 y que ahora le pertenece al Museo del Prado. Altar que acaba de ser restaurado. También se encuentra muy bien representados otras obras de Fra Angelico, de Donatello, de Paolo Uccelo, artistas del contexto de su época.
En este tiempo Fra Angelico es el gran modernista. Cambia el concepto de la pintura de gótico universal y se centra en la figura del ser humano porque cambia el conocimiento de la anatomía, desaparece en fondo de oro y comienza la profundidad así el tratamiento del espacio es más veraz, la manejo de la naturaleza en más realista.
El cuerpo humano intenta conservar la idea del hombre ideal donde existe simultáneamente el hombre espiritual. Se trata de un cuerpo humano con una elegancia en el movimiento. El resplandeciente uso del color nos deja saber el profundo conocimiento que el sacerdote conocía de sus técnicas. Y el maravilloso tratamiento de la luz.
Además la narración del retablo tiene dos dimensiones: para la Casa de la Virgen adoptó un pórtico con el sistema de la perspectiva de Brunelleschi. Por otro lado, incluyó de forma libre a Adán y a Eva que Fra Angelico representó bajo el concepto teológico de María como redentora del pecado original.
La pintura de la Virgen de la Granada llegó a España en el siglo XIV y fue comprada por el Duque de Alba en 1817 y en el siglo XX fue adquirida por el Museo del Prado.
En España, la sabiduría de Fra Angelico fue considerada igual al de Santo Tomas de Aquino, por eso lleva el nombre de Fra o sea Beato Angelico.
Fra Angelico murió en Roma en 1455.