Poco a poco se van conociendo detalles del terrible incendio que mató a siete personas entre las que se contaban cuatro miembros de una misma familia, los Rangel. Al principio se sospechaba que el incendio había arrancado en el enorme pesebre que ellos habían hecho para las navidades. Peritos de la Fiscalía afirmaron que el incendio había arrancado en el garaje donde vivía arrendada desde hacía nueve meses la señora Ana Benilda Becerra.
Con el crujir de las llamas ella y su esposo, quien era profesor del tradicional colegio de Cúcuta Sagrado Corazón de Jesús, se despertaron y salieron al balcón de su casa. Aún el auto no había explotado así que todavía podían moverse. Mientas su esposo corrió a salvarse la señora, de 65 años, buscó la manera de salvar a sus vecinos. Alertó a la familia que vivía al lado de su casa, Darwin Albeiro Amaya, su esposa Doris Milena Andrade Álvarez, junto a sus tres hijos menores de edad, además de Luz Estela Amaya Toro, de 51 años, prima de Albeiro.
Ante los gritos de Belinda la gente salió por una de las claraboyas de la casa y pudieron escapar por el techo de la casa aunque Luz Estela Amaya nunca pudo salir y murió. La señora Belinda murió también en esa casa, así se lo dijo uno de los hijos de la señora quien, desconsolado, habló con el diario La Opinión de Cúcuta “Mi mamá era muy amiga de Milena y tal vez la buscó en su afán de ayudarlos. Ellos pudieron salir porque conocían su casa, pero mi mamá desafortunadamente solo conocería el primer piso y el humo tampoco los dejaba ver nada”.
La gente en la Frontera aún no se repone de este infierno.
*Información obtenida en el Diario La Opinión de Cúcuta