Treinta años de monopolios regionales en los que los Gobernadores podían decidir cuáles tragos se podían vender y cuáles no en sus departamentos llegaron a su fin el pasado 4 de febrero cuando la Corte Constitucional determinó que esa práctica violaba la libre competencia y ordenó que los colombianos en todo el territorio puedan elegir libremente los licores que desean consumir. Sin embargo, ya pasaron más de dos meses y aún la mayoría sigue sin poder amenizar sus fiestas y reuniones con el tradicional Aguardiente Amarillo de Manzanares.
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La Industria Licorera de Caldas, fabricante del Amarillo, fue la encargada de iniciar la batalla legal que terminó motivando la decisión de la Corte Constitucional. Esto en medio de otros dos pleitos que también involucraban a este licor, uno contra la Empresa De Licores De Cundinamarca que le prohibió la entrada al departamento y otra contra la Fábrica de Licores de Antioquia, que decidió sacar a la venta un aguardiente con una presentación bastante similar. Batallas que dieron por medio de su apoderado, el abogado Pablo Felipe Robledo, reconocido por haber sido Superintendente de Industria y Comercio y por ser muy activo en la defensa de grandes empresas en disputas comerciales.
Sin embargo, lo cierto es que la victoria aún no es definitiva para los caldenses, esto debido a que lo que emitió la Corte Constitucional el 4 de febrero fue el comunicado de prensa que antecede a la sentencia y hay actualmente un debate sobre si dicho comunicado es vinculante o no. Justamente, el argumento de varios Gobernadores para seguir prohibiendo la entrada del Amarillo es que están esperando a la sentencia definitiva para verificar todos los aspectos legales.
Varios juristas están de acuerdo que con el solo comunicado ya es suficiente para dar comienzo a la autorización de venta
Por lo pronto, son solo dos los departamentos que han dado su visto bueno a la llegada del Amarillo. Uno es Nariño, que tiene como gobernador a Luis Alfonso Escobar y que tomó la decisión desde mediados de marzo, y el otro es Caquetá, con Luis Francisco Ruiz a la cabeza y que acaba de dar la autorización.
Entre tanto, la Industria Licorera e Caldas está a la espera de que se sumen otros departamentos, pero principalmente Cundinamarca, Antioquia y Valle del Cauca, que han sido los más reticentes. De hecho, en el caso del Valle, a finales de febrero se dio un hecho particular, puesto que le pusieron tatequieto a un evento en La Cumbre que era patrocinado por el Amarillo, esto a pesar de que para entonces ya la Corte se había pronunciado.
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