Es inevitable no pensar en la célebre frase de Nicolás Avellaneda: «Los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla». Hago esta mención especial por el futuro proceso electoral que se avecina en nuestro país, donde más de un candidato de cada municipio no sale bien librado.
Una vez más, la parapolítica acompañará el proceso. Si bien los directamente juzgados y señalados por la ley no figurarán en el tarjetón, sí sus manos derechas y familiares directos, como si nadie los recordara, aunque estoy por creer que nadie lo recuerda. Por eso más de un municipio, cada cuatrienio, termina peor de lo que lo encontraron.
La historia pasa factura. Arjona, municipio del norte del departamento de Bolívar, tiene una historia política singular. El Consejo Municipal es una bancada de 15 personas de los cuales la mayoría están acostumbrados a cambiar votos por cuadernos, ordenes médicas, planchas de eternit, volteos de zahorra, mercaditos y, por supuesto, los infaltables 15 mil pesos que pagan por cada voto. Parecen perpetuados en la corporación, haciendo un pésimo uso del presupuesto y regalías con contratos que dejan mucho que pensar. Tan lobos son que, inteligentemente, la mayoría han logrado perpetuarse en el poder con el alcalde de turno. Entonces, queridos lectores, esa es la primera pista para saber qué clase de candidato a la alcaldía tengo. Preguntémonos ¿con quienes se están aliando los lobos? ¿Cuántos de los concejales actuales apoyan a mi candidato a la alcaldía? Ahí tendrán una aproximación de lo que será mi candidato a la alcaldía.
Ahora hagamos memorias de las pésimas administraciones municipales pasadas: ¿cuántas veces participaron los candidatos en contiendas electorales antes de llegar al poder? Como tendemos a olvidar, se los recuerdo: Zoraida Correa (3 veces), Julio Castellón (2 veces), Orlando Cogollo (2 veces). El resultado: pésimas administraciones. Entonces, si el tiempo y el actuar ha demostrado que la mayoría de los concejales, los cuales por más de 15 años han apoyado a las administraciones corruptas y justamente son ellos los que apoyan a mi candidato, entonces, arjonero, ¿qué hacemos apoyando a los mismos? Con la fe en el cambio. Tengamos un poco de memoria.
Para finalizar, invito a vivir un periodo electoral donde los argumentos y la información veraz sea la que reine. Más allá de la simpatía con mi candidato, esta un municipio que se pudre en delincuencia, se ahoga en excremento. Dado que no hay alcantarillado, se atolla en el barro por la poca pavimentación y se muere en el desempleo por la poca dedicación al emprendimiento. Entonces, si queremos superar eso, no apoyes a los mismos con otras caras. Si mi candidato ha perdido una elección y regresa apoyado y reforzado por los mismos, entonces hagamos memoria.