La sensación de inseguridad que revela la encuesta de Bogotá Como Vamos, y que pone en cifras elevadas precisamente eso, la sensación no es producto de cosa distinta que el registro histérico de los circuitos cerrados de televisión que se convirtieron en los insumos preferidos de los noticieros de los canales privados al medio día .
Noticia, alcalde, no es lo que sucede, es lo que se publica y como tal estas imágenes que se registran frente a una cámara y que llenan de espanto al televidente. Son taquilleras y por ende vendedoras, en suma, son audiencia garantizada.
Es por eso que el titular de "tercer atraco seguido a supermercado en Bosa" impide despegarse del televisor. Tres muchachos, los tres con gorra de beisbolista y arma en mano someten al cajero, a dos ciudadanos y a un niño. La imagen es la misma de ayer y de anteayer y de hace dos semanas y los actores de este reality gratuito son los mismos de las tres jornadas, incluso con el mismo vestuario.
Parece una mal chiste, pero no lo es. Incluso es posible ver cómo asesinan en cámara a un ciudadano inerme o lanzan una granada a un lugar para cobrar por ventanilla un boleteo no pagado .
La pregunta al alcalde como jefe de la policía de Bogotá no sería entonces: ¿Son los medios los responsables, cuando son simples registradores de la realidad?
Creo, alcalde, como ciudadano, que el problema no se soluciona golpeando al mensajero, es el mensaje el que nos afecta. Esta realidad real que muestra a una banda de habitantes de calle que roban cuanto cuelga o sobresale de los vehículos en las principales esquinas y que los reducen en los almacenes de piezas usadas de cada sector .
Cada vez más habitantes de Bogotá huyen hacia Barranquilla, Cali, Medellín y Bucaramanga porque esta ciudad, además de peligrosa, se volvió incomoda.
El muerto no está aguas arriba, se encuentra agónico a su lado, respira poco por la polución, esta rígido por la inmovilidad y usted ya no tiene tiempo de darle un masaje cardíaco, infortunadamente.