Dice la Constitución en el capítulo tres del régimen municipal: Artículo 315, son atribuciones del alcalde:
Dos -conservar el orden público en el municipio, de conformidad con la ley y las instrucciones y ordenes que reciba del presidente de la república y del respectivo gobernador.
El alcalde es la primera autoridad de policía del municipio. La policía nacional cumplirá con prontitud y diligencia las ordenes que le imparta el alcalde por conducto del respectivo comandante.
En Bogotá y otras capitales de departamento, lo primero que hicieron los mandatarios es echarle la culpa al presidente, ministro de defensa, y comandantes de policía, por los problemas que generaron las protestas y manifestaciones, que dejaron muertos y vandalismo que acabaron con el patrimonio de los colombianos.
Los alcaldes son la máxima autoridad de los municipios. Ahora, después de las investigaciones, algunos, no se pueden lavar las manos como Pilatos, pues es de responsabilidad personal defender las instituciones y el patrimonio ciudadano.
La verdad es que no fueron capaces de controlar el desorden porque la politiquería y la bandera que defienden en sus partidos, no les ha enseñado que se necesita mucha personalidad, responsabilidad y formación moral y política, para reconocer los errores.
También se incluyen los problemas que se generan cuando se es la máxima autoridad y se firman contratos corruptos que de eso si no se habla nada.
¿Hasta dónde es la responsabilidad del presidente y ministros?, ¿les dieron ellos la orden a la policía de masacrar inocentes, aunque muchos policías también sufrieron lo mismo? Hoy las familias de cualquier bando sufren; ¿los mandatarios comprometidos lloran, se disculpan con el pueblo, para no responder por sus malos actos de gobierno?
Así las cosas, entonces el pueblo se equivocó de cabo a rabo en las elecciones, porque está en manos de algunas personas que no son capaces ni de administrar el dinero, ni pueden controlar el orden público.
La gente de bien no puede seguir escondiéndose porque los violentos y asesinos se agazapan y esconden por temor a quienes se adueñaron del país y los gobernantes municipales hacen lo mismo detrás de sus escritorios con pañuelos para secar las lágrimas y los mocos resultado de su ineptitud.
Mientras no existan verdaderas decisiones judiciales, todos serán inocentes en Colombia, dice la jerga popular.