La semana anterior conocimos que el riesgo más grave que corre Cartagena es quedar sumergida por los deshielos del cambio climático; además de gravísimos problemas de infraestructura y sociales que no dan espera, sin embargo en medio de la gravísima crisis que vive la ciudad, su flamante alcalde cometió lo que se podría calificar como la mayor irresponsabilidad histórica de administración alguna: hacerse autorizar del Concejo un crédito por $250.000.000.000.
Si señor, así tal cual como lo oyen: doscientos cincuenta mil millones de pesos, magnífico si se hubieren usado en resolver alguno de los graves macroproblemas de infraestructura, pero se vienen usando para construir muchas “pequeñas obritas”, principalmente para pavimentar callecitas con sus pomposas y frecuentes inauguraciones, con sus respectivas apariciones en los medios cada fin de semana, como buen “napoleoncito criollo”, con bombos y platillos para ver si logra rescatar, su cada vez más deteriorada imagen.
Sería bueno saber si el alcalde es así de irresponsable o tuvo otra razón para desconocer los más elementales principios de buen gobierno y urbanismo. ¿Será que respondió a algunas presiones? ¿Serían internas o foráneas? ¿Quién podría presionar al alcalde y por qué? ¿De qué otra manera se podría explicar que haya agotado la capacidad de crédito del Distrito sin resolver ninguno de los problemas de fondo de la ciudad? Porque pavimentar calles es muy bueno pero se financia de varias otras formas.
Me dirán algunos que la nación financie las megaobras, tales como la defensa ante de los embates del mar, el Transcaribe, etc.; sería cierto si el Distrito pudiera poner la contrapartida exigida, pero al copar su capacidad de crédito, ya no es posible.
Múltiples callecitas, arreglos de escuelas y puestos de salud, pequeñas obritas con pliegos amañados según la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos de Bolívar, quienes hicieron un plantón frente a la Alcaldía, señalando que tanto dichas obras como sus interventorías, estaban siendo adjudicadas a firmas de Barranquilla… ¿Con qué interés? ¡Averígualo Vargas!
El pavimento es necesario para el bienestar ciudadano, pero hay otras formas de financiarlo: la participación comunitaria, la valorización, y los recursos de regalías que los alcaldes serios gestionan ante los Órganos Colegiados de Administración y Decisión –OCAD-, responsables de estos proyectos, pero al parecer son sometidos a correcta vigilancia que no permite los supuestos direccionamientos denunciados por los maltratados ingenieros, quienes señalan que el “napoleoncito criollo de Cartagena” (léase el alcalde), no ha gestionado recursos ante la OCAD.
Las escuelas son cofinanciadas por la nación de acuerdo con la Ley 21 de 1982, pero esta exige rígidos controles y obtenerlos es fruto de una gran gestión de los alcaldes. La infraestructura de salud es también cofinanciada por la Nación de acuerdo con la Ley 715 de 2001, con sus consabidos controles y también requiere de la ausente gestión; las dos anteriores exigen la hoy imposible cofinanciación. En resumen el alcalde hubiera podido multiplicar por cinco dichos recursos con un poco de diligencia, eficiencia y mínima buena voluntad.
Cómo si esto fuera poco, el exgobernador Mendoza Diago denunció que contrataron a un asesor para conseguir el crédito con prima de éxito incluida. El alcalde ni siquiera gestionó el famoso macrocrédito, sin contar que todos los bancos se peleaban para recibir las pignoraciones del predial y la gasolina durante diez muy productivos años.
Adicionalmente, solicitar un crédito para proteger a Cartagena de las subida de mareas y drenajes pluviales, requiere demoradas licitaciones internacionales, muy difíciles para hacer los supuestos direccionamientos antes mencionados.
Incluyo links del Facebook del exgobernador, mostrando el deterioro y defectos de obras recién inauguradas ( https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152694709627671&set=pcb.10152694732262671&type=1&theater y https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10152701463357671&set=pcb.10152701499357671&type=1&theater ).
¡Pobre Cartagena de Indias! Actuemos para que en octubre se elija a un buen alcalde y no a otro “Avivato”, pues si bien las condiciones están dadas y con creces, algunos de los vientos que soplan mejoran lo presente.