“Armado con su bicicleta el alcalde de Pitalito se atravesó literalmente con su bicicleta, impidiendo tránsito de tractomulas”. Esta frase con la respectiva fotografía fue publicitada en medios nacionales de televisión en horario triple “A”, y replicada por cientos de cibernautas y medios digitales.
Lo que nos faltaba, el expresidente nos dejó una heroína (la destituida exgobernadora), ahora apareció el héroe, Pedro Martín Silva; en la campaña con miras a la alcaldía de Pitalito así lo vendieron, venia del más allá a salvar al municipio de la “supuesta mafia” montada por unos “presuntos bandidos” y él, iluminado por las huestes azules tenía la solución a las gravísimas problemáticas que aún enfrenta Pitalito y que a nadie le preocupan.
El “show mediático” del burgomaestre laboyano es una “cortina de humo” a lo que está pasando en esta próspera municipalidad sur huilense: inseguridad, el inusitado aumento del costo del impuesto predial unificado, este año están llegando entre tres a cinco familias desplazadas cada día, la presencia de vendedores ambulantes y estacionarios, pésima movilidad en el microcentro, el alcantarillado del centro es vetusto, el servicio de acueducto no es suficiente para el desproporcionado crecimiento habitacional, además de que el Concejo Municipal aprobó la ampliación del perímetro urbano y para completar los empresarios de la construcción haciendo apartamenticos a diestra y siniestra.
La mayor alcaldada en la historia de Pitalito debemos atribuírsela al actual mandatario, recuerdo que transcurría su segundo mes de mandato cuando el director técnico de vivienda municipal hizo a nombre del alcalde la más publicitada convocatoria por medios masivos de comunicación invitando a todas las personas que no tuviesen vivienda a concentrarse en las afueras del Coliseo de Ferias y Espectáculos para censarlos y no dieron abasto a atender personas del sur del país que arribaron a Pitalito.
Hoy, sufrimos las consecuencias. Y en plena campaña al Congreso, con cuatro candidatos de Pitalito a la Cámara y no se escuchan propuestas. No hay ideas para el desarrollo y el progreso, simplemente discursos populistas y demagogos, acompañados de lemas insulsos.