En los alegatos de defensa ante la Procuraduría, el destituido alcalde de Yopal, William Celemín, se negó a aceptar cualquier responsabilidad y sostuvo que la culpa de que el agua no llege a los hogares “son ajenas a su voluntad". Aseguró que la planta de tratamiento de agua como la red de acueducto están dañadas, que la culpa es de los problemas técnicos que impiden el arreglo de la planta, también de los cambios en la forma de distribución de las regalías, de una crisis institucional que reina en todo Casanare, del clima; de todo, menos suya. Sin embargo, el ente de control lo responsabiliza por no aplicar los planes previstos para que la población no se quedará sin agua y de no ejecutar de manera diligente los contratos para la construcción del acueducto. El 20 de agosto el Procurador Alejandro Ordóñez decidirá si ratifica o no la destitución e inhabilidad por 11 años que le impuso por contratación irregular y despilfarro de los recursos públicos.
