El alcalde de Uribia (La Guajira), Bonifacio Henríquez Palmar está hospitalizado en el Instituto Cardiovascular del Cesar de Valledupar. Fue diagnosticado positivo para Covid-19 y presenta un cuadro de neumonía aguda que lo tiene delicado por haber tenido con anterioridad infecciones respiratorias que le han minado su capacidad pulmonar. Su municipio tiene ya 10 contagiados.
El comunicado del centro hospitalario informó que el alcalde Henríquez llegó al servicio de urgencias “con síntomas de infección respiratoria aguda” y “se encuentra hospitalizado en la unidad de cuidados intensivos” y revela que “la condición del paciente es delicada” y que recibe todo el monitoreo y tratamiento “que requiere de acuerdo a (sic) patología”.
Una vez se le realizo la prueba, el sábado pasado dio un diagnostico positivo. Lo grave es que el alcalde interactuó ampliamente en la semana anterior a presentar síntomas de la enfermedad. Hernández ya había sido advertido el pasado 6 de junio tras acudir a consulta en la Clínica Talapuín, de Uribia que podría estar infectado del coronavirus. Se le pidió que mientras se realizaban las pruebas mantuviera cumpliera los protocolos de aislamiento durante 14 días.
El alcalde no acató la indicación, habría mantenido en reserva en el pre diagnóstico y continuó despachando normalmente. La población de Uribia ha reconocido que su alcalde se tomaba con frescura las medidas y que se le veía sin tapabocas, aunque había decidido despachar desde su casa, aunque manteniendo permanente contacto con sus subalternos.
Previamente, el día de la madre, Henríquez fue criticado al conocerse una fotografía de una parranda con dos secretarios de su despacho junto con el comandante local de Policía. Prescindieron de los protocolos establecidos para todo el territorio nacional.
Pero el caso del alcalde no es el único entre funcionarios de rango alto en La Guajira. El subdirector científico del Hospital de Nazareth, uno de los corregimientos de Uribia, muy cercano al alcalde, y posiblemente contagiado, también ha mantenido laxas las medidas y ha convocado a reuniones sin conservar las distancias sociales establecidas. De proliferarse el virus en la Alta Guajira, el riesgo para los indígenas wayuu es alto, con el atenuante de que los servicios de salud en esta parte del país son pésimos y no hay unidades de cuidados intensivos para atender una emergencia sanitaria.
El alcalde Bonifacio Henríquez no ha sido afortunado en el manejo de la pandemia en su municipio, no solo en el aspecto de salud pública y su compartamiento personal sino también en el tema de la contratación. Tiene la lupa de los organismos de control por un contrato para la adquisición de 10.000 kits de aseo para prevenir el contagio, en el que solamente las bolsas plásticas que los cubrían costaron $ 37 millones de pesos; el transporte otros $ 30 millones y cada botella de alcohol antiséptico tenía un valor de $ 11.500, muy superior a los valores standard
También hay denuncias de la población de que solamente entregó ayudas a quienes lo acompañaron en las urnas, dejando por fuera a quienes no lo hicieron, una seria acusación en medio de la crítica situación económica que se vive en la región, sumado a que La Guajira es el segundo departamento más pobre del país.