“Muy bueno, muy bueno. Es el único que ha hecho algo después de tanto tiempo” responde María cuando se le pregunta por la gestión del alcalde de su municipio.
María, tímida y pelinegra de 50 años, vive en Girón, área metropolitana de Bucaramanga, y se dedica a prestar labores domesticas en un barrio de clase media alta a treinta minutos de su casa. Para llegar allí -empieza a las siete de la mañana- tiene que caminar varias cuadras hasta un paradero de bus. Cuenta que esas calles, por donde transita, antes tenían muchos huecos y los andenes estaban abandonados, llenos de basura, maleza y “hasta ratas”. No titubea, de hecho cambia el semblante, cuando afirma que esos andenes están ahora limpios gracias al alcalde que, apenas llegó a su cargo, ordenó todo y mejoró el pueblo.
El personaje del que habla, John Abiud Ramírez, aterrizó en la Alcaldía de Girón en 2015, luego de obtener el 62% de la votación. Casi cuarenta mil votos, coavalado por siete colectividades bajo el movimiento ‘Somos Girón’ y ungido por el exgobernador y actual senador Richard Aguilar. Así, con esa carta de presentación, empezó un camino que cuatro años atrás, en 2011, le fue negado cuanto intentó también ser alcalde y ocupó el segundo lugar en los sufragios.
Sin embargo, y pese a lo que narra emotivamente María, John Abiud Ramírez ha trascendido a nivel nacional más por sus metidas de pata que por sus aciertos.
En 2017, bajo su mandato, se iniciaron las obras de la Biblioteca Gabriel García Márquez, ubicada en el barrio Ciudadela Nuevo Girón, con la finalidad de crear un espacio de aprendizaje y cultura para los habitantes del municipio. Un año después, octubre de 2018, con una inversión de más de 2500 millones de pesos, el lugar abrió sus puertas. Al evento acudieron, como era de esperarse, el alcalde Ramírez y a su lado estuvo el gobernador Didier Tavera.
Foto: Gobernación de Santander
Para hoy, ocho meses después de este suceso en el que los flashes apuntaron al alcalde cortando el cintillo amarillo de la entrada, la biblioteca no tiene un solo libro. Tampoco hay dotación para su funcionamiento.
Cuestionado por los medios -la sola idea de una biblioteca sin libros atrajo la atención de muchos-, Ramírez prometió que para el mes de abril ya solucionaría el asunto. Incumplió. La Gabriel García Márquez está desolada. Un elefante blanco.
El incidente sirvió, entre otras cosas, para recordar su anterior traspiés.
Corría junio del 2018 y el Club del Comercio de Bucaramanga presenció una suntuosa fiesta que tuvo como homenajeada a la hija mayor del alcalde Ramírez por razón de sus quinces. Para amenizar el momento asistieron el cantante vallenato Silvestre Dangond y la agrupación Pasabordo. El solo nombre del primero, ganador de Grammy Latino ese mismo año, levantó sospechas que no tardaron en convertirse en indignación. Se habló de cifras, se especuló que cuatrocientos millones se habían gastado esa noche, se dijo que el sueldo de funcionario público que recibía Ramírez no era superior a los nueve, se alzaron voces que pedían una investigación y sanción ejemplar por parte de la Procuraduría. Todo quedó como anécdota y nada pasó a mayores.
Hasta fin del presente año, John Abuid Ramírez seguirá con las riendas de Girón. Y, como la mayoría de políticos, ya tiene un elegido para sucederlo. Carlos Román, exconcejal y mano derecha de Ramírez en su infructuosa aspiración a la alcaldía en 2011, se perfila como el potencial próximo alcalde. La actual administración no se ha preocupado en ocultar su simpatía. Se ha visto, incluso La Silla Vacía logró registrarlo, como Román hace campaña en compañía de contratistas que portan carné y uniforme con las insignias del plan de desarrollo de Ramírez.
Y las posibilidades de ambos no son bajas. Un reciente sondeo de Ipsos Napoleón Franco arrojó que el 85% de los habitantes de Girón ve con buenos ojos el mandato de su alcalde y que su favorabilidad supera el 90%. Ningún otro mandatario del área metropolitana, ni el de Bucaramanga que goza de relevancia nacional y coquetea con una posible aspiración presidencial, tiene tanta aprobación como Ramírez. Todo indica que sus cálculos se cumplirán.
María, por ejemplo, ya sabe por quién votará y convencida concluye: “Toca por el que diga el que está ahorita. Si siguen así, seguro mejoramos”.
