Uribia es el municipio más extenso de La Guajira y el segundo en el país. En este territorio moran principalmente los wayuu, en medio del agreste territorio y el calor infernal. Aquí han visto morir cada año decenas de sus niños por falta de agua potable, saneamiento básico, alimentos y, sobre todo, la indolencia oficial, que los ha dejado casi a su suerte.
Andreína García, gerente de la Empresa de Servicios Públicos de La Guajira, lleva apenas un año en el cargo, pero parece tener ya una visión completa de la problemática que aqueja a los wayuu en el extremo norte del departamento. Su gestión rinde ya algunos frutos, pero ella es enfática en señalar que “no es suficiente”.
| También le puede interesar: Así es Nazareth, el municipio creado por Gobierno Petro para empezar el cambio en La Guajira
En semana de visita presidencial a La Guajira, esta ingeniera civil ha sido consultada por los medios de comunicación sobre esta problemática social que ella conoce de primera mano. El manto de fondo es la visita de seis días del presidente Gustavo Petro a territorio guajiro, para conocer de primera mano por qué no avanza el cumplimiento la sentencia T-302 de 2017, que busca proteger de la ignominia a la etnia wayuu, en especial a sus niños, inocentes y dolorosas víctimas.
Son alrededor de 300.000 miembros de la etnia wayuu los que padecen la inveterada crisis de agua en el extremo norte del país; sin contar con décadas de promesas incumplidas y dineros esquilmados al erario. “La situación en temas de agua potable es crítica en el departamento. No hay sistema para que la gente tome agua en toda la Alta Guajira”, declaró Garcia.
| También le puede interesar: La Guajira, festín de buitres hambrientos
Sin embargo, la situación está empezando a cambiar, con una inversión de unos 150.000 millones de pesos se emprendieron 20 proyectos en este último año con un avance de entre 60% y 80%, que representan unas 100 fuentes de agua que beneficiarán a unos 90.000 wayuu. Sin embargo, como reitera García, “esto no es suficiente”. La gobernadora ya anunció que esos mismos puntos serán empleados para la conectividad de internet.
La negativa
Estos proyectos, que vistos en perspectiva no son costosos –explica la gerente–, hay que replicarlos ampliamente para que realmente logren el impacto necesario. El potencial del agua es considerable, si se tiene en cuenta de que pese a que buena parte del territorio es una árida sabana, está rodeado de agua de mar que puede ser potabilizada, y varios reservorios de agua subterránea.
Aún así, estos proyectos son un cóctel que compromete voluntades, gestión e incluso recursos del Gobierno Central, el departamento y los municipios. Si bien es cierto que esto puede ser una labor compleja, el presidente Petro ni siquiera determina al alcalde de Uribia, Bonifacio Henríquez, delante de quien en una visita anterior lanzó un duro señalamiento que caló en la dirigencia local: “Ustedes los wayuu son responsables porque eligieron a sus depredadores”.
Mientras la política se le sigue atravesando a una decisión crucial para el cumplimiento de la sentencia T-302 en Uribia, el agua llega gradualmente a Maicao, Manaure y Riohacha, que también son objeto de la decisión judicial. La pregunta aún es si la muerte se seguirá enseñoreando en Uribia mientras por fin hay una respuesta efectiva a esta problemática social.