Muchos años después de ya haber hecho gran parte de su fortuna con las empresas de Gaseosas Lux y Postobón, y con los medios de comunicación RCN Radio y RCN Televisión ocurrió el accidente de Carlos Ardila Lülle que lo dejó postrado en una silla de rudas por los siguentes 30 años, hasta el día de su muerte. Su condición de discapacidad nunca fue impedimento para seguir liderando sus decenas de empresas y ser siempre la cabeza visible de la organización Ardila Lülle que en los últimos años estaba ya heredada a sus hijos.
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El accidente que llevó al empresario a movilizarse en una silla de ruedas le ocurrió si haber cumplido aún 60 años. Cuando la mala suerte se le atravesó en el camino era enero de 1998. El millonario empresario estaba en su finca en Barbosa, muy cerca de Medellín, una de las ciudades de sus amores. Allí había disfrutado de las fiestas navideñas en familia. En aquella hacienda eran frecuentes las reuniones campestres con amigos, familiares y socios.
La noche antes del accidente de Carlos Ardila, él y su esposa de ese momento, Florencia Borrero, habían invitado a un grupo de amigos para agasajar a Pierre Levai, el representante del pintor y escultor paisa Fernando Botero, quien en esos años ya era un reputado artista que encabezaba los listados de los más cotizados del mundo. La fiesta había sido extensa, como casi ocurría con las reuniones organizadas por el buen anfitrión Ardila Lülle. El almuerzo se convirtió en rumba.
Al siguiente día, el empresario, como era de costumbre, se levantó muy temprano para nadar un rato en la piscina. Al bajar por unas escaleras de piedra que lo separaban de la alberca se resbaló. Cayó unos dos metros. Se golpeó muy fuerte en la espalda. Se fracturó varias costillas.
Varios de empleados lo levantaron del suelo, lo montaron en una de las camionetas y arrancaron a toda para Medellín, que estaba a hora y media de la finca. Lo atendieron en la Clínica Soma de la capital antioqueña. El diagnóstico del accidente de Carlos Ardila Lülle fue complicado: se lesionó la décima segunda vértebra cervical.
Sin perder mucho tiempo el millonario fue trasladado al Cedars medical center Miami en un avión hospital privado. Pero a pesar de la atención especializada y el acceso ilimitado a todos los recursos médicos, Carlos Ardila Lülle nunca pudo recuperar su movilidad de sus piernas. Quedó limitado a una silla de ruedas para sus traslados, pero se fortaleció al lado de su familia y esta adversidad nunca fue impedimento para su empuje empresarial.
Supo adecuarse para viajar, socializar, disfrutar de las corridas de toros en la Plaza la Santa María, asistir a ceremonias, tomar decisiones empresariales, presidir inauguraciones, acompañado en el manejo de los negocios por sus dos hijos varones Carlos Julio y Antonio José, quien fue embajador de Colombia en Londres en el gobierno de Iván Duque. Sus últimos años transcurrieron en el sur de Cali, donde construyó una enorme y lujosa casa diseñada especialmente para facilitar su movilidad con libertad y donde vivió al lado de su esposa Eugenia Gaviria, con quien rehízo el matrimonio. De aquella casa salió muy grave el 13 de agosto de 2021 hacia la Clínica Valle del Lili, donde falleció a los 91 años de edad siendo el cuarto hombre más rico del Colombia.