La Corte Suprema de Justicia condenó a Eduardo Pulgar a 4 años y 10 meses de cárcel por sobornar con 200 millones de pesos a un juez de Barranquilla en el 2017 para beneficiar a un amigo suyo y aliado -ex cónsul honorario de Colombia en Polonia Luis Fernando Acosta Osio- en un juicio de sucesión. El proceso es un pleito multimillonario por la herencia del ex congresista Gabriel Acosta Bendek y su esposa, Sofía Acero de Acosta. La herencia es controlada por la fundación Acosta Bendek, que controla la Universidad Metropolitana de Barranquilla y el Hospital Metropolitano de la capital del Atlántico.
El ex senador del Partido de la U fue capturado en diciembre de 2020, retenido en la Cárcel La Picota y dejó su caso en las manos del abogado Jaime Granados uno de los más destacados del país. Intentado seguir el mismo camino de Uribe, Pulgar renunció a su curul para que su caso fuera asumido por la Fiscalía. Sin embargo, a Pulgar no le funcionó por haber incurrido en el delito en su condición de aforado.
Aunque Granados intentó sacar a Pulgar de la cárcel llevando a colación su delicado estado de salud e intentando probar que la medida en centro carcelario es ilegal, fue inútil pero logró sacársela barata al exsenador que solo pagará 4 años de cárcel al solo ser condenado por el delito de tráfico de influencias y cohecho, más no por el intento de corrupción; un delito que le hubiera dado 12 años de cárcel.
Por su parte, Andrés Rodríguez Cáez -juez del municipio de Usiacurí- que no aceptó el soborno de Pulgar abandonó el país en diciembre de 2020 por amenazas contra su vida y se le concedió asilo político en Estados Unidos.