Como quien tiene unas tijeras y va recortando el contorno de un mapa a su gusto. Eso es lo que ha visto Colombia del trabajo del abogado y diplomático nicaragüense Carlos Argüello Gómez, quien desde hace más 30 años es el agente de Managua ante la Corte de La Haya.
Su experticia en esos temas es tal que incluso cuando los sandinistas alcanzaron el poder con Daniel Ortega –con quien él no ha comulgado–, se decidió que Argüello permanecería en Holanda atendiendo los temas ante la Corte Internacional de Justicia. Las disputas territoriales de Nicaragua con el vecindario se han comprendido como cosa de Estado, por encima de las rencillas y los vaivenees de la política interna. Esa determinación, sumada al talento Argüello tiene a Colombia contra las cuerdas.
Desde su juventud Argüello se sintió atraído por los asuntos diplomáticos así que aun siendo estudiante buscó la manera de vincularse al ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua. Su disciplina y agudeza le permitió ir escalando posiciones. Fue decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Centroamericana y más tarde, en los años ochenta, ministro de Justicia. Desde 1983 representa los intereses de Nicaragua en La Haya y sus éxitos lo han hecho un inmovible, se anotó incluso un triunfo frente a Estados Unidos cuando los nicaragüenses se sintieron agredidos por el país norteamericano.
Argüello conoce milimétricamente cada una de las disputas de su país ya sea contra Honduras, El Salvador, Costa Rica o Colombia. En 2013, en reconocimiento a su gestión la Asamblea Nacional de Nicaragua, de mayoría sandinista, por votación unánime le otorgó la Medalla Honor en Oro acompañada del aplauso de todo el país. En aquella ocasión el diputado sandinista Jacinto Suárez definió al diplomático como un “brillante abogado y académico de aire bondadoso, que ocupa sus pocos ratos libres en visitar la magnífica biblioteca del Palacio de la Paz, en La Haya, donde se documenta sobre las últimas novedades jurídicas”.
Tras la decisión de la Corte de La Haya hoy contra los intereses de Colombia, en favor de las pretensiones de Nicaragua, está, una vez más, la temida tijera de Argüello. Por cuenta de sus alegatos se desestimaron las reclamaciones de Colombia y la Corte Internacional de Justicias tomará la de decisión sobre las 2oo millas náuticas que reclama Nicaragua, que llegan casi hasta la Costa Caribe colombiana.