Portugal no tiene tratado de extradición vigente con Colombia, pero el presidente Gustavo Petro consiguió que el Gobierno de ese país aceptara el regreso de Diego Marín alias Papá Pitufo, señalado de ser el gran contrabandista que tiene en jaque a funcionarios de la Dian, la Policía y otras entidades.
En este proceso, ha sido clave la gestión del embajador Germán Grisales, quien llegó al país ibérico tras el fallecimiento de José Fernando Bautista en agosto del año pasado. Sin embargo y contrario a lo que se pensaba inicialmente, su regreso no será inmediato.
La espera será de al menos dos meses por cuenta de una estrategia que cuadró su defensa desde el momento en el que fue capturado Diego Marín en España, país donde se encontraba antes de llegar a Portugal en donde pidió asilo y según las cuentas de la ministra de Justicia, Ángela Buitrago, podrían pasar 80 días antes de que sea resuelta esa solicitud.
Detrás de esta estrategia de pedir asilo y ganar tiempo, estuvo Gonzalo Boyé, un abogado chileno, de ascendencia catalana, quien ha sido el encargado de representar a Diego Marín en España.
Gonzalo Boyé fue quien consiguió que en dicho país le fuera concedida la libertad condicional, después de que el señalado contrabandista emprendió su huida hacia Portugal en donde fue recapturado y pidió el asilo alegando persecución.
La ministra Buitrago bien sabe y así lo ha dicho en medios que no hay una posibilidad real de que Portugal le otorgue el asilo a Papá Pitufo, pero habrá que esperar para que sea una realidad su regreso al país para que pueda contar ante la justicia toda la verdad sobre la red de contrabando que lideró durante más de una década y que hoy tiene cuestionados a políticos como Armando Benedetti o Xavier Vendrell.
¿Quién es Gonzalo Boyé?
El chileno Gonzalo Boyé, aunque radicado en España desde los 80, se ha convertido poco a poco en uno de los abogados más reputados de Europa, lo cual le ha permitido ser partícipe de algunos de los casos más mediáticos de los últimos años al convertirse en el abogado defensor del líder independentista catalán Carles Puigdemont, hoy instalado en Waterloo, Bélgica después de más de siete años huyendo de la justicia española.
Boyé también ha formado parte del equipo defensor de Edward Snowden, acusado por el gobierno de los Estados Unidos de haber difundido secretos de Estado y protagonista de casos como la demanda contra Estados Unidos por la existencia del centro de detención Guantánamo, entre muchos otros.
La historia de vida de Boyé es bastante particular, puesto que sus estudios de Derecho no los hizo de manera convencional, sino mientras estuvo preso a finales de los 90 y comienzos de 2000. En aquel entonces, fue hallado culpable de participar en el secuestro de Emiliano Revilla perpetrado por la desaparecida organización ETA, lo que le valió pagar 6 de los 14 años de condena que le impusieron.