La culpa de la increíble derrota contra Brasil a comienzos del 2000 en el famoso 'Londrinazo' la tienen los locutores. Ellos son "los testículos de este aparato reproductor de fracasos, de tristezas, de debacles". Así lo recuerda El Siguiente Programa luego del 9-0 que sufrió la Selección Colombia Sub 23 en la ciudad de Londrina --Estado de Paraná, Brasil-- y que dejó a los dirigidos por Javier Álvarez fuera de Sídney 2000, cuando debían perder por máximo 6 goles para ir a unos nuevos Juegos Olímpicos.
En palabras de Fabián Vargas: "pasamos de la gran hazaña a la gran cagada":