Las calles del barrio 7 de Agosto nunca han quedado desocupadas a pesar de la cuarentena. Desde hace dos meses, cuando la alcaldesa Claudia López decretó el aislamiento pedagógico, los comerciantes de la plaza de mercado y las trabajadoras sexuales vecinas, no se confinaron. Las necesidades apremiaban. En la plaza, bajo el acompañamiento del Instituto para la Economía Social, comenzaron a despachar frutas, verduras y carnes a través de domicilios a las casa cercanas. Las prostitutas en cambio se mantuvieron activas detrás de las rejas y huyendo de las persecuciones de la Policía.
Desde que el presidente Duque decretó el aislamiento inteligente, el 7 de Agosto comenzó a romper la cuarentena con la apertura de los negocios y talleres de bicicletas, así como con la venta de autopartes. Cerca de 1.500 comercios dedicados a los carros se encuentran en este barrio del norte de Bogotá. Ahora las calles del 7 de Agosto están llena de soldadores, carros ambulantes de frutas y trabajadoras sexuales que intenta conseguir un peso en medio del coletazo económico de la cuarentena.
Este fue el recorrido que realizó el equipo de Las2orillas en el barrio 7 de Agosto: