El ejército del régimen sirio ha tomado el control total de Guta, después de casi tres meses de combates que iniciaron el 18 de febrero contra milicias de rebeldes sirios, dejando como parte del daño colateral, más de 160.000 desplazados, en este suburbio de Damasco que pasa a engrosar la lista de territorio recuperado por el régimen sirio, respaldado por sus aliados. Sin embargo, el drama de los habitantes de Guta Oriental, que durante los seis años de guerra civil fue territorio bajo control rebelde, continúa aumentando. Según cifras otorgadas por la ONG Human Right Watch aproximadamente 1600 civiles han perdido la vida en estos últimos meses.
Los métodos que ha utilizado el régimen del presidente sirio Bashar Al Assad, junto a su aliado ruso, han sido bastante cuestionados internacionalmente, y se les ha acusado de violar los derechos humanos, al bombardear indiscriminadamente, zonas residenciales, llenas de civiles, e incluso en algunos casos, como el de Guta ataques químicos. Acusaciones negadas en repetidas ocasiones por representantes del régimen, incluso por Bashar Al-Assad.
A la tragedia que viven los habitantes de Guta Oriental se suma la odisea vivida por los residentes de Afrin, región ubicada en el noroccidente de Siria, denominada "montaña de los kurdos", controlada por el PGY ( Unidades de protección popular) y que hasta este año durante 5 años había sido territorio estable y seguro dentro del país. Allí, Turquía lanzó una operación militar que comenzó el 20 de enero y donde finalmente esta semana apoyada por grupos insurrectos opositores al régimen, ha logrado tomar el control de este cantón kurdo. Esto significa una victoria turca frente al partido de trabajadores kurdo o PKK a los cuales se les relacionaba con el PGY, representando ambos una amenaza territorial para Turquía y sus intereses.
Esta ofensiva que se había intensificado más en las últimas semanas, dejando hasta el momento alrededor de 150.000 desplazados. Las fuerzas kurdas que lideraban en Afrin fueron respaldadas por la coalición internacional encabezada por Estados Unidos y fundamentales para combatir a ISIS y liberar varias ciudades del país. La derrota de los kurdos podría resultar beneficiosa para el grupo insurgente que anteriormente había perdido gran parte de su poder en Siria; pues ahora las milicias locales y el ejército sirio luchan y combaten entre sí por apoderarse de aquellas ciudades y aldeas que anteriormente estaban en poder del autodenominado Estado Islámico.
La guerra en Siria se ha convertido a lo largo de 7 años en el peor conflicto de Oriente Medio, desde el comienzo de la revolución en medio de la primavera árabe en el año 2011. Se calculan según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, alrededor de 511.000 muertes de civiles ocasionadas por diferentes fuerzas que han sido parte del conflicto a través de los años, como las fuerzas del régimen sirio y sus aliados: iraníes y rusos; además del Estado Islámico, también diferentes grupos rebeldes armados, que se oponen al régimen, fuerzas turcas y la coalición internacional encabezada por Estados Unidos.