Se sentaba detrás de él en el Politécnico de Zúrich. Para esa fecha, 1896, Mileva Maric era la quinta mujer en ser admitida en el prestigioso Centro Educativo. Una artritis congénita había afectado el desarrollo de su pierna derecha. Era coja y “amarga por culpa de su fealdad extraordinaria” como la describiría el propio Einstein años después a uno de sus amigos más íntimos. Tenía cuatro años más que él y desde niña tuvo que soportar las burlas más feroces por su cojera. Lo único que tenía esta serbia nacida el 19 de diciembre de 1875 era su mente. Su papá, un campesino acomodado de la provincia de Vojvodina, se gastó una fortuna para hacer realidad el sueño de su hija: ser la primera física graduada de Europa. Se graduó en 1890 con la máxima calificación en Física y Química. Se convirtió en la primera mujer en ser admitida en la Universidad de Zagreb y allí se hace muy amiga del científico Nicola Tesla. Quería ser reconocida por sus logros, pasar a la historia por su genialidad. Estuvo a punto de lograrlo si no hubiera conocido a Albert Einstein.
El futuro científico Alemán tenía 19 años y ya era considerado un genio. Hijo de Hermann, un comerciante venido a menos, Albert Einstein, contario a lo que cuenta la leyenda, fue un alumno extraordinario. El único inconveniente que tenía con sus profesores era el desprecio que le profesaba a cualquier tipo de autoridad. En esa época tenía una relación con la suiza Marie Winteler con quien se había prometido en matrimonio. La pasión intelectual que le despertaba Mileva acabó con el noviazgo. La serbia rechazaba cada uno de sus acercamientos. Desconfiaba de los hombres y no podía creer que un joven apuesto –para la época Einstein era irresistible- se pudiera fijar en ella. Al final cedió.
El primer inconveniente que tuvo la relación fue el desprecio que le expresaba Pauline, la mamá de Albert, quien adoraba a Marie y desaprobaba la fealdad y los años que le llevaba su nuera a su hijo “Cuando tengas treinta años ella será una vieja bruja”. Le repetía una y otra vez. A Einstein esto no le importaba. En 1900 le escribe una carta en donde le dice “estoy solo con todo el mundo, salvo contigo. Qué feliz soy por haberte encontrado a ti, a alguien igual a mí en todos los aspectos, tan fuerte y autónomo como yo”.
La relación empieza a tambalearse en 1901 cuando Mileva queda embarazada y tiene que abandonar los estudios y refugiarse en la casa de su hermana Novi Sad en Serbia. Einstein sigue en Zúrich y promete reunirse con ella a la mayor brevedad. La promesa no se cumple y Mileva, resentida y burlada, debe entregar a la pequeña Lisert, nombre con el que fue bautizada, en adopción. La familia del científico nunca se enteró del nacimiento de la niña. Motivado por la culpa más que por amor se casa con Mileva en enero de 1903 en Berna, Suiza. Resignado, tuvo que aceptar el trabajo que le ofrecía su amigo Michelle Besso en la Oficina de Patentes de esa ciudad. En ese lugar es donde Einstein tiene la idea de la Relatividad General. Según su biógrafo Evan Harris la Teoría de la Relatividad comenzó con la tesis, dirigida por el doctor Weber, con la que Maric pensaba graduarse. “El efecto fotoeléctrico tiene su origen en los trabajos de Mileva cuando estudiaba en Heilderberg con el profesor Lenard, al cual posteriormente le fue concedido el Premio Nobel de Física. Precisamente, por su trabajo experimental sobre el efecto fotoeléctrico. La teoría del movimiento browniano es producto del pensamiento de Einstein y de su interés por la termodinámica. Mileva contribuyó al mismo con el trabajo matemático, describiendo el movimiento desordenado de las moléculas”.
En 1905, cuando Einstein rompió la historia de la Física en dos, Mileva le escribió a una amiga alborozada “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”. La imaginación del Físico era la más avasalladora que la humanidad haya conocido. Sin embargo, no era un gran matemático. Mileva sí. Incluso había desarrollado investigaciones sobre la teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y electrodinámica, conocimientos que fueron fundamentales para desarrollar la Teoría de la Relatividad. Día y noche trabajaba con su esposo resolviendo ecuaciones. Cuando Einstein publicó su trabajo Mileva se sintió herida, en ninguna parte venía su nombre. Empezó a albergar un resentimiento que se acentuaría con la fama arrolladora que sobrevendría sobre Einstein. En 1910 nace su segundo hijo, Eduard, quien con los años se le desarrollaría una severa esquizofrenia. Einstein se enamoraría de Elsa, su prima, una mujer sencilla, de preocupaciones obvias, muy lejana a la brillantez de Mileva: todo lo que necesita el científico, una mujer que se preocupara por las cosas prácticas de la vida que él tanto despreciaba.
Mileva y Albert se separaron en 1919 después de una larga lucha por conseguir el divorcio. Einstein accedió a pasar una mensualidad de 9.000 marcos y la totalidad de las ganancias que recibiría por recibir el Premio Nobel, hecho que ocurriría en 1921. Era la forma de reconocerle el trabajo inconmensurable que había hecho a su lado. Mileva vivió con holgura económica hasta su muerte en 1948. Eso sí sufrió lo indecible cuidando a Eduard quien, presa de la locura, le propinaba palizas de muerte. La historia se ha encargado de cubrir su nombre.