Llevamos 14 días recibiendo las peores noticias. Muertos en las calles, bloqueos, represión policial. La propia ciudad donde nació el campeón, Zipaquirá, está sitiada por el caos. Los dolores de espalda de Egan Bernal presagiaban lo peor. Incluso, días antes de empezar la competencia se dudaba de que fuera a estar al cien por ciento. Pero Egan está bien y eso es suficiente para atenuar, por unos minutos, esta amargura que significa ser colombiano.
La montaña llegó muy rápido al recorrido del Giro d'Italia. Nada más en la cuarta etapa los favoritos ya empiezan a mostrar su garras y Egan lideró el grupo de favoritos, donde empieza a recortar diferencias perdidas en la contrarreloj de la primera etapa.
En el ascenso final a Sestola, el primero en agitar el arbol fue Mikel Landa. Con la victoria sentenciada para la fuga, los favoritos se jugaban las diferencias y se pensó que el español sería el más favorecido del día. Después que Landa estuviera en solitario, Vlasov y Bernal fueron los dos que respondieron y posteriormente solo el colombiano, que le dio caza al español en los últimos 2 kilómetros e intentó irse en solitario.
Finalmente, los favoritos que llegaron con el mismo tiempo del zipaquireño fueron Landa, Vlasov, Carthy y Ciccone. 11 segundos después llegaron Evenepoel y Yates, mientras que ya a más de 30 segundos llegó Vincenzo Nibali.
En la clasificación general Bernal ya es 11°, teniendo solo por delante a Carthy, Evenepoel y Vlasov. El colombiano empieza a recortar tiempo perdido en la crono inicial y el jueves tendrá otra oportunidad de sacarle tiempo a sus rivales. Mientras su espalda se lo permita Egan nos mantendrá con la ilusión de ganar el Giro y darle una luz de alegría a los colombianos en medio de tanta oscuridad.
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