Un día después de ganar el Tour de Francia, el campeón no estaba pensando en regresar a Colombia a ser condecorado por el presidente y ser paseado como un perrito manso por las calles de Bogotá en un carro de bomberos. No, Egan Bernal tenía una competencia en Bélgica en donde quedó segundo. Mientras en el país se hablaba del desplante presidencial, darle una orden al mérito y no la máxima distinción del país, la Cruz de Boyacá que le entregaron a un lagarto de marca mayor como el nefasto Ernesto Macías, Egan pensaba era en su inminente viaje a Londres donde será homenajeado en la sede de su equipo por la gente que ha sabido confiar en él y transformarlo en el mejor pedalista del mundo.
Hace cinco años, mientras era un jovencito que pintaba para ser una estrella del bicimontañismo, pedía limosna en Facebook para poder viajar al mundial de Noruega a representar al país. Ni Santos, ni Uribe, ni mucho menos Duque hicieron algo para sacarlo campeón. Fueron los ingleses del Ineos los que creyeron en él cuando lo contrataron a finales del 2017 después de ganar el Tour de L’Avenir. De ellos es la victoria.
Lo que si resulta penoso es que exista un debate nacional para ver si le dan o no la Cruz de Boyacá a Egan. Estúpidos, es el ciclista el que le da valor a esa distinción, no la Cruz por si misma, una cruz que se la han ganado una caterva de corruptos que han desangrado al país. Ni siquiera eso puede hacer Duque, perdido en las calles de China, por nuestro campeón. Mientras el gobierno está en Pekín, desde Bogotá salió un escueto comunicado: que si, que no molesten, que presidentíco, tan presto a posar al lado de Maluma, le pondrá esa medalla. Todos nos enteramos, todos menos Egan.
El campeón del Tour, que fue portada de todos los diarios del mundo, no se enteró de nada porque el sigue concentrado en lo suyo, en ver como termina la temporada y como desde ya planea descansar para estar fresco a afrontar lo que sería su próximo objetivo: ganar el Giro. El próximo año Froome, ya recuperado de las terribles lesiones que sufrió en el accidente en un entrenamiento, estará listo para buscar su quinto Tour y ya pasar definitivamente a la historia como uno de los mejores. Por ahí en un mes podrá venir al país. Ojalá el presidente tenga tiempo para atenderlo, así a Egan le importe un comino.