Faltando 8 kilómetros para la meta, Egan Arley Bernal atacó en el ascenso de Les Saisies. Su equipo había comandado el pelotón durante toda la etapa y la decisión estaba tomada: era el momento de agarrar el liderato de la carrera. Luego de alcanzar a la fuga del día, el equipo Colombia sabía que esa era la oportunidad esperada por su líder, el ciclista de 20 años considerado el futuro del ciclismo colombiano.
Bernal ganó la séptima y octava etapa del Tour de L’Avenir para convertirse en el quinto colombiano en coronarse en una de las carreras más importantes del circuito profesional. Pero la “bestia”, como algunos lo han apodado, no siempre fue un ciclista de ruta. Sus inicios montando los caballitos de acero están en el ciclismo de montaña. En esta modalidad Bernal también alcanzó grandes logros, y a sus 19 años ya se había subido dos veces al podio de los mundiales de montaña. Pablo Mazuera fue el hombre que descubrió al zipaquireño. En 2010 se cruzó con él y comenzó a entrenar en la Fundación Mazuena, un proyecto de Pablo para apoyar el ciclismo en la región. Los resultados se vieron inmediatamente y Egan se convirtió en la nueva promesa del ciclismo. Sin embargo, encontrar una estabilidad en el ciclomontañismo fue complicado. Pablo lo acompañó en múltiples competencias internacionales y muchas veces sacó de su bolsillo para pagar hoteles, alimentación y hasta la inscripción de las carreras. El resultado: una medalla de plata en el mundial juvenil de 2014 y una de bronce en 2015.
Ese mismo año Egan hizo su transición al ciclismo de ruta. Gianni Savio, cabeza del equipo italiano Androni Giocattoli, lo contrató por cuatro años. Los resultados también se vieron al instante: campeón del Tour de Bihor (2016), subcampeón del Giro de los Apeninos (2017), campeón del Tour de Saboya (2017) y mejor joven en el Tour de los Alpes (2017).
Después de que Savio contratara a Bernal, que tenía 19 años en ese momento, lo llevó a un centro de estudios fisiológicos. Los datos arrojados son impresionantes y dan cuenta de la calidad de ciclista que es el colombiano. Su consumo de oxígeno máximo de es de 88.8 mililitros por kilo de peso. El rendimiento es superior al de Christopher Froome, quien en 2015 reportó 88,2 mililitros, y a sus 22 años había reportado 84.6. Según su entrenador, este rendimiento puede aumentar con entrenamiento.
Mucho se rumora el futuro de Bernal. Este año se coronó campeón en el Tour de Sibiu. Después de terminar la competición, su entrenador declaró que era muy probable que el colombiano se uniera a las filas del Sky en 2018. Un salto gigante en su carrera, a pesar de las críticas recibidas, pues Bernal difícilmente podrá ser líder de equipo mientras esté Froome al frente. Sin embargo, Bernal todavía es muy joven y lo más coherente es que entre a trabajar como gregario, aunque sabiendo del potencial que tiene es probable que sus actuaciones den mucho de qué hablar en el futuro.
Con esta victoria, Bernal se suma a los otros grandes del ciclismo colombiano que ganaron el Tour de L’Avenir: Alfonso Flórez, en 1980; Martín Ramírez, 1985; Nairo Quintana, 2010; Esteban Chaves, 2011, y Miguel Ángel López, 2014. A sus 20 años, Egan Bernal se convirtió en la “bestia” que todos estaban esperando.