Paraguay elegirá a su próximo presidente el 30 de abril y las encuestas marcan a dos claros favoritos: Efraín Alegre, el candidato de la Concertación Nacional para un Nuevo Paraguay que no descartó romper relaciones con Taiwán y alinearse a China y que podría ser el candidato que rompa con décadas de poder del Partido Colorado. Al otro lado, Santiago Peña, el ahijado político del expresidente Horacio Cartes, cuya administración fue acusada de corrupción por Washington.
Un arma de doble filo. Santiago Peña, un economista que fue ministro de Hacienda de Paraguay durante el Gobierno de Horacio Cartes y que trabajó en uno de los bancos del magnate hasta su postulación a la presidencia de Paraguay, podría ser el salvavidas o el comienzo del fin de un hegemónico Partido Colorado.
“El 30 de abril tendremos la mayor batalla de nuestra generación, porque vamos a elegir el Paraguay que queremos, el país que queremos para nuestros hijos y abuelos, por eso tenemos una responsabilidad enorme”, aseguró el candidato durante un acto de campaña.
Peña se presenta como el candidato para impulsar el desarrollo de Paraguay y sus principales apuestas giran en torno al plano económico y la seguridad ciudadana. "Empleo, inversión en capital humano, salud, educación. Los próximos años pueden ser los mejores años para el Paraguay. Pero tenemos que poner en práctica todo nuestro conocimiento, nuestra experiencia y nuestra determinación", comentó Peña en la cadena 'CNN'.
Entre sus principales propuestas está la creación de guarderías gratuitas para que los integrantes de las familias puedan trabajar con mayor holgura, un programa de combate a las adicciones que incluye rehabilitación, educación y persecución en focos de venta, así como otro de lucha contra el hambre que consiste en un estímulo estatal para congelar los precios de la gasolina, la canasta básica y de esta forma frenar la inflación.
También se propuso crear 500.000 empleos durante su mandato, una cifra atractiva para un país de 6,7 millones de habitantes.
“Lo que nosotros tenemos que resolver rápidamente es el problema económico, que los paraguayos vuelvan a tener plata en el bolsillo. Yo me siento preparado para este desafío”, comentó el candidato en Twitter.
Peña, favorito en las encuestas para gobernar el periodo 2023-2028, tiene un historial de controversias que podrían pasar desapercibidas con el buen manejo de la campaña política, pero sobre sus hombros pesa el vínculo con su padrino político: Horacio Cartes, el expresidente paraguayo a la cabeza de uno de los partidos políticos más antiguos de América Latina y los escándalos de corrupción que lo rodean.
Santiago Peña y una trayectoria de presidenciable
Nacido en Asunción el 16 de noviembre de 1978, es licenciado en economía por la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, y tiene un máster en administración pública por la Universidad de Columbia, EE. UU.,
Entre el año 2000 y 2009 fue funcionario del Banco Central de su país y de allí saltó al Fondo Monetario Internacional (FMI) donde prestó servicios en el Departamento Africano y retornó a Paraguay para ocupar una silla en el Directorio del Banco Central del Paraguay (BCP) entre 2012 y 2014.
De la banca pasó al Gobierno, donde ocupó el puesto de ministro de Hacienda de la República del Paraguay entre 2015 y 2017 y comenzó a trabajar en la Administración del expresidente Horacio Cartes, sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, que vinculó su mandato con actos de corrupción “que socavan las instituciones democráticas”, acusaciones que hasta hoy Cartes desestima.
Peña era parte del Directorio del Banco Basa, vinculado al expresidente, hasta su postulación a la Presidencia del país.
Una candidatura salpicada de escándalos
Al candidato colorado lo han salpicado varios escándalos. Uno de ellos, la afiliación a su propio partido político. En 2016 se reveló que Peña cambió de afiliación partidaria ya que desde los 17 años era parte del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y no al Colorado, pese a que era ya ministro de gobierno. Peña argumentó que estaba afiliado al PLRA porque su padre fue uno de los fundadores.
En 2017, el mismo año en que fue precandidato presidencial en las internas por Honor Colorado, una corriente dentro del Partido Colorado liderada por el expresidente Cartes, perdió y recibió una avalancha de críticas luego de que circularan imágenes donde un militar le sostenía su paraguas, esto cuando ya no era parte del gabinete de ministros.
En enero de 2021, el ahora candidato presidencial tildó de “pillos y peajeros” a cercanos del presidente Mario Abdo Benítez, tras su involucramiento en un escándalo relacionado con PDVSA. Pero la crítica se volcó en su contra por la relación con el movimiento Honor Colorado y el expresidente Horacio Cartes.
El economista también molestó a sus vecinos al afirmar durante un acto público que los argentinos “no quieren trabajar”, lo que le ganó una reacción del embajador argentino en Paraguay. Entre sus controversias está un halago a la dictadura de Alfredo Stroessner al afirmar que “fue responsable de más de 50 años de estabilidad en Paraguay”.
Si la sombra del expresidente Cartes puede afectar su candidatura está por confirmarse el día de la elección, aunque un eventual gobierno colorado estaría marcado por la controversia.
Santiago Peña, derecha, candidato presidencial del partido Colorado, y el ex residente Horacio Cartes asisten a un mitin político en Asunción, Paraguay, el lunes 24 de abril de 2023. © Jorge Saenz / AP
“Sería complicada la gobernabilidad y Peña tendría dos dificultades, una interna en el partido porque no hay un peñismo, como sí hay un cartismo. El poder está prestado de Cartes, Peña tendrá que consolidar su autonomía y poder en función de gobierno. Y ante situaciones de administración de poder, hay otros liderazgos de peso en el Partido Colorado que le van a hacer una oposición muy fuerte internamente”, afirmó a France 24 Camilo Filártiga-Callizo, politólogo de la Universidad Católica de Asunción.
Efraín Alegre, la apuesta de cambio y anticorrupción
La lucha frontal contra la mafia y la corrupción en su país es parte de los pilares de la campaña del opositor Efraín Alegre, que presentó su plan de gobierno faltando cinco días para las elecciones.
Alegre nació en San Juan Bautista, una ciudad ubicada a 196 kilómetros de Asunción, la capital. El abogado, catedrático y político de 60 años lleva una vida vinculada al servicio público. Entre los cargos que ha ostentado destaca la presidencia de la Cámara de Diputados en el año 2000, luego fue senador en 2008, y llegó a ministro de Obras Públicas y Comunicaciones entre el 2008 y 2011.
El político conservador intentará vencer el domingo a la maquinaria colorada con casi 200 organizaciones progresistas, de izquierda y democristianas a su favor. Es su tercer intento de llegar a la Presidencia: lo buscó en 2013 y perdió frente a Horacio Cartes y luego frente a Mario Abdo Benítez en las elecciones generales de 2018. Ahora es el principal contrincante de Santiago Peña.
Para Filártiga-Callizo, Alegre ha demostrado “dificultades para generar empatía con contrapartes políticas fuera de su partido. Por un lado, es un actor tradicional del Partido Liberal, hay poco margen para los jóvenes no vinculados a partidos tradicionales que puedan ver en él una opción atractiva”.
Efraín Alegre, candidato presidencial por la coalición Concertación, y su compañera de fórmula Soledad Núñez, asisten a una rueda de prensa en Asunción, Paraguay, el martes 25 de abril de 2023. © Jorge Saenz / AP
Alegre es abogado de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción (UCA), tiene una maestría en ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Asunción y un posgrado en Derecho Comunitario en la Universidad de Salamanca.
En Europa finalizó sus estudios de especialización en Gestión Pública en la ciudad de Granada, y en alta gerencia, en la Universidad Austral de Buenos Aires, Argentina.
Su trabajo gubernamental destaca importantes logros de infraestructuras en Paraguay, pero tampoco estuvo exento de las críticas por supuestas irregularidades durante su gestión como ministro durante la Administración de Fernando Lugo.
Alegre lanzó oficialmente su candidatura a las presidenciales de 2023 el año pasado, cuando creó la denominada Concertación Para Un Nuevo Paraguay, un bloque opositor con representaciones de agrupaciones políticas de todo tipo.
Alegre se concentra en la economía y los planes sociales
Según el líder político, esta coalición, donde corre junto a su fórmula a la Vicepresidencia, Soledad Núñez, "representa la pluralidad de realidades e ideas del país y que será ejecutado con el compromiso y liderazgo de todos los que forman parte del proyecto político”.
Sobre Alegre, Camilo Filártiga comenta que “es una persona perseverante con una vasta trayectoria política que ha demostrado coherencia en la lucha establecida en 2013 contra el cartismo. Lo eligió su modelo en disputa”.
Entre las principales propuestas de Alegre está reducir la tarifa energética, una medida que beneficiaría al 90 % de usuarios de escasos recursos que consuman hasta 100 kilovatios hora, según su plan. También propuso crear por decreto un banco de medicinas esenciales y una secretaría que investigará casos de corrupción estatal.
Un grupo de simpatizantes del aspirante opositor Efraín Alegre apoyan la campaña electoral denominada "Banderazo del cambio y de la victoria en Asunción" hoy, en Asunción, Paraguay. © Rubén Peña / EFE
Alegre, al igual que Peña, tiene su apuesta en el ámbito económico y el gasto público. "Tenemos que poner en orden el presupuesto público, tenemos que hacer austeridad en el sector público, no podemos simplemente decir si falta dinero, vamos a subir los impuestos", comentó Alegre durante un acto electoral.
“Apunta a fortalecer la institucionalidad, a combatir la corrupción, esas son sus banderas y sus propuestas de contenido social en materia energética, salud y seguridad”, comentó Filártiga, quien agrega que “Alegre tiene una mayor afinidad por las políticas sociales, además está aliado con un sector de la izquierda progresista que le pide incluir eso en su agenda”.
El candidato afirma que la relación con Taiwán debe ser igual en "esfuerzos" y propuso explorar acercamientos con China, algo que generó interés y ruido en el país sudamericano. "Sabemos que Taiwán es un país importante en términos económicos, desarrollado, con mucha tecnología. Ellos también pueden hacer un esfuerzo en estas relaciones, no solamente (que) Paraguay tenga que poner todo el esfuerzo", expresó Alegre.
Sobre alinearse con Beijing, el candidato añadió que "la decisión no la hemos tomado, la vamos a tomar después analizando claramente". Su país es el único en América del Sur que no tiene relaciones diplomáticas con China.
Paraguay celebrará las octavas elecciones generales desde el final de la dictadura de Alfredo Stroessner, en 1989. Los paraguayos están llamados a las urnas para votar por presidente, vicepresidente, diputados, senadores, gobernadores y juntas departamentales, unas elecciones que definirán si los colorados mantienen su hegemonía política o si serán derrotados por segunda vez en toda su historia.