Mamertos latinoamericanos de diferente cuño andan desgañitándose y metiendo alaridos acerca de que el territorio colombiano será utilizado por el “imperio” para invadir a Venezuela, por la inocultable crisis humanitaria que vive la hermana república, cuya única y exclusiva responsabilidad es de la camarilla comunista que durante 20 años ha hollado la dignidad de ese pueblo, desconociendo que una intervención militar se daría después de haberse agotado toda las sanciones diplomáticas y económicas, sino hay resultados satisfactorios.
Y en la reunión del Grupo de Lima, el pasado 25 de febrero en Bogotá, quedó claro que por ahora esa no es una opción inmediata, lo que no quiere decir que más adelante Estados Unidos no intervenga, sin necesidad del acompañamiento de naciones latinoamericanas y del Caribe, como lo hizo en 1983 en Granada y en 1989 con Panamá, ya que desde que gobernaba el presidente Obama se ha considerado a Venezuela como un peligro para la seguridad nacional, lo que son palabras mayores que se pueden materializar con una acción militar de gran envergadura de parte de EUA en contra del régimen de Maduro.
Las palabras del vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, advirtiendo sobre la reacción de su país en caso de un ataque venezolano a Colombia demuestran que cualquier aventura de Maduro en contra del territorio nacional le puede salir muy cara; quedando claro que en las actuales circunstancias, el alarmismo comunista en la región sobre una guerra inminente solo es una treta para ganar tiempo y buscar que el dictador venezolano se atornille en el poder.
Considerando una posible intervención de USA a Venezuela en el mediano plazo, lo primero que hay por decir es que estratégicamente el país andino es demasiado vulnerable porque sus tres principales ciudades, incluyendo Caracas, a la que se le agregan Maracaibo y Valencia, se encuentran muy cerca del mar y se sabe que EE. UU. posee varias bases militares en el Caribe, como se diría coloquialmente, en las narices de Venezuela. Luego, el territorio colombiano queda sobrando, a no ser de que haya un ataque en su contra desde el vecindario. Entonces, las especulaciones de los comunistas admiradores de Maduro mencionando que Colombia será el “teatro de la guerra” son completamente falsas, pues el “imperio” perfectamente conoce que es muy difícil que en la región lo acompañe algún país, aunque eso no quiere decir que no esté en sus planes la intervención militar de acuerdo a unas determinadas condiciones.
Desde Venezuela un orate de la pandilla de Maduro, llamado Pedro Carreño, en un programa de televisión, amenazó a Colombia hace 7 meses con volar con los aviones Sukhoi los 7 puentes sobre el río Magdalena para dejarla aislada, por lo que mejor le valdría preocuparse por las ciudades de su país que están en la costa, en donde el ataque norteamericano sería aéreo y marítimo, ya que Colombia quedaría lejos del conflicto. Además, el personaje de marras habló de un “guerra popular prolongada” al mejor estilo maoísta, con lo cual reconoce que los EE. UU. se tomaría fácilmente a Venezuela y solo le quedaría como opción a la burocracia parasitaria irse a la guerra de guerrillas, siendo eso bastante dudoso.
Ahora, si los “estrategas venezolanos” siguen pensando que Colombia, sin intervenir en la guerra, va a ser “teatro de operaciones” donde se desarrollará una guerra prolongada, se equivocan. Vale decir que el país ha tenido una confrontación de más de 55 años, y el Estado y la sociedad la han sorteado teniendo demasiada experiencia en ese asunto, resaltando que eso no le ha servido a las guerrillas comunistas para sus objetivos. Sin embargo, no se descarta que en una situación de conflicto internacional con EE. UU., desde Venezuela, bandas armadas como el ELN ataquen a las autoridades colombianos y se refugien pasando la frontera, lo que ocasionaría una situación de gran tensión, porque obligatoriamente habría una persecución en caliente de parte de las Fuerzas Armadas colombianas. Eso ocurriría únicamente con la complicidad de la dictadura de Maduro, como ha sucedido en distintas ocasiones, pero en una situación de guerra la cuestión se volvería más dramática.
¿Cuál soberanía o cuál dignidad del pueblo venezolano? Ese pobre país es una colonia cubana, a la que además la dictadura le quema la comidita y los medicamentos que varios gobiernos les envían como gesto humanitario, o sea que los cuentos sobre la “revolución y el socialismo” que ha vendido el chavismo a través de 20 años son una farsa absoluta, que ni los más obcecados izquierdistas los pueden creer.
Colombia no ha creado ningún ambiente de guerra en contra de Venezuela, sino que defiende su espacio vital ante el millonario flujo migratorio de venezolanos, que solo se puede arreglar con la caída de Nicolás Maduro. Además, ha sido una víctima de los ataques terroristas del ELN que tiene como su santuario a Venezuela con la dispensa del régimen, por lo que la posibilidad de un conflicto entre Colombia y Venezuela solo lo propiciaría la camarilla comunista de Caracas.