En momentos en que se avecina el fin de la política conocida como Título 42, el próximo 11 de mayo, el Gobierno de Joe Biden anunció este 27 de abril que abrirá centros para gestionar solicitudes de migrantes en Colombia y Guatemala. Se trata de dos de los países que se encuentran en la ruta terrestre de miles de personas que intentan llegar a EE. UU. en busca de refugio.
Según funcionarios citados por la prensa estadounidense, en estos centros los interesados tendrán la posibilidad de acogerse a programas de refugiados y permisos humanitarios para eventualmente trasladarse a Estados Unidos.
Pero aún no está clara la agilidad con la que esos procesos serían llevados a cabo. En el pasado, medidas similares han dejado a miles de personas varadas en ciudades de su vecina México.
Otras fuentes citadas por Reuters aseguraron que Ecuador y Costa Rica también estarían bajo consideración de las autoridades estadounidenses para instalar los centros de migrantes.
Por décadas, las acciones promovidas desde Washington para controlar la migración irregular han estado focalizadas en México y las naciones centroamericanas, pero en los últimos años Colombia también se ha destacado como un importante punto en el trayecto de miles de personas, especialmente a través de un viaje peligroso por la selva del Darién, en la frontera con Panamá. Muchos de estos migrantes son venezolanos y haitianos que huyen ante las crisis políticas, económicas y de seguridad en sus naciones.
La Administración Biden estaría cambiando así el enfoque de una política migratoria centrada en sus fronteras para abordarla como un asunto hemisférico.
¿En qué consiste el Título 42?
El Título 42 surgió como una medida provisional en la Administración del expresidente Donald Trump, durante la pandemia del Covid-19, que sirvió para frenar el flujo de personas indocumentadas hacia su país bajo el argumento de detener la propagación del virus.
La norma, que se extendió más allá de la emergencia sanitaria, ha servido como una política para contrarrestar la migración. Con su próximo levantamiento, las autoridades fronterizas ya no podrán continuar con expulsiones inmediatas, ya sea por representar “un riesgo para la salud” o por ingresar a su territorio de manera irregular.
El anuncio llega en un momento crítico para Biden, que recientemente anunció que buscará la reelección de cara a los comicios de 2024 y cuya Administración enfrenta la presión de la oposición republicana que lo acusa de incentivar la migración, luego de que en la primera parte de su Presidencia emitiera un discurso menos agresivo contra los indocumentados.
Esas acusaciones han perseguido a Biden desde que llegó a liderar la Casa Blanca, enfrentando una afluencia de niños migrantes no acompañados que sorprendieron a las autoridades.
Sin embargo, simultáneamente el líder demócrata ha promovido medidas para frenar la llegada masiva de ciudadanos sin un permiso para migrar; razón por la que algunos demócratas y organizaciones de derechos humanos lo señalan de emitir órdenes fuertes contra la migración.
Canadá y España aceptarían migrantes desde los centros que creará EE. UU.
Esos dos países acogerían migrantes de los centros instalados por Washington y administrados junto a "organizaciones internacionales" en Colombia y Guatemala, según indicó el Gobierno estadounidense. Los funcionarios aclararon que serían casos tramitados por la vía legal.
De esa manera podrían obtener autorizaciones para migrar como el estatus de refugiado, programas para reunificación familiar y permisos laborales.
Las medidas serán aplicadas "en coordinación con socios regionales, incluidos los gobiernos de México, Canadá, España, Colombia y Guatemala", remarcó un comunicado del Departamento de Estado y de Seguridad Nacional.
El anuncio oficial insiste en que la intención es que las personas puedan migrar de forma "segura, ordenada y humana".
Sin embargo, las autoridades estadounidenses también han señalado que a quienes les sea negada una solicitud de asilo en virtud de la nueva regulación, estarán sujetos a una "retirada inmediata", lo que podría disuadir a otros cruces fronterizos.
Además, las nuevas regulaciones impedirían que la mayoría de los migrantes que cruzan sin un permiso la frontera entre Estados Unidos y México soliciten asilo si atravesaron otro país sin buscar refugio allí o si no usaron primero vías legales para trasladarse a EE. UU.
Archivo-Migrantes centroamericanos esperan a ser llamados para cruzar la frontera y solicitar asilo en Estados Unidos, en el cruce fronterizo El Chaparral en Tijuana, México, el 13 de septiembre de 2019. © AP/Emilio Espejel
Las autoridades estadounidenses enfatizan que el aumento de migrantes es el resultado de un movimiento histórico y global. Asimismo, destacan que recientemente lanzaron programas que brindan un camino en el traslado de venezolanos, haitianos, cubanos y nicaragüenses, que han llegado en mayor número en los últimos dos años.
Pero bajo esas reglas, por ejemplo en el caso de los venezolanos, los interesados deben demostrar desde su país de origen que cuentan con un patrocinador en Estados Unidos. Es decir, una persona capaz de brindarles “apoyo financiero y de otro tipo”.
Los funcionarios examinan caso por caso y quienes sean admitidos obtienen una autorización para viajar vía aérea hacia el territorio estadounidense. Una vez allí podrán solicitar un permiso de trabajo.
No pueden acceder al programa aquellas personas que hayan sido deportadas de EE.UU. en los últimos cinco años, que entraran a Panamá o México de manera irregular o que traten de cruzar sin autorización la frontera con EE. UU.
Muchos de quienes han emprendido el arduo viaje vía terrestre destacan que no todos los afectados por la aguda crisis en Venezuela tienen la posibilidad de cumplir con los requisitos; entre las cuales están las dificultades para adquirir un pasaporte.