La Revolución industrial 4.0 generó cambios hace años, cobrando relevancia en la actualidad, porque la pandemia aceleró la transformación digital. Se visiona un mundo diferente que requiere profesores involucrados en la formación de personas hábiles en competencias digitales.
Las entidades educativas procuran enseñar el autoaprendizaje dirigido, sumado a las destrezas requeridas para los retos laborales remotos, esto lleva a la necesidad de actualizar las competencias instruidas (para la comunicación humana y la interacción con las máquinas), y para optimizar los trabajos; estas, adicionadas a las habilidades para enfrentar la acelerada automatización de los procesos operativos repetitivos, según la programación y robótica de software, en donde todo ser humano planea y evalúa lo realizado por los computadores. Estas tres, marcan la tendencia en educación para el trabajo.
El reto actual lleva a la planeación en el sector educativo, vieja intención, hoy urgente. Para ello conviene incluir las siguientes variables:
1. Procura del desarrollo del pensamiento, llevando a los jóvenes a mejorar su observación, concentración, creatividad, análisis, interpretación, correlación, analogía, predicción y prescripción; necesarios para la competencia digital y la optimización de los trabajos.
2. Continuación del modelo curricular transversal, siguiendo los requerimientos de creación en computadores y trabajo remoto, en todas y cada una de las áreas educativas.
3. Los acuerdos de enseñanza entre padres y docentes, encaminados hacia las habilidades de: adaptabilidad, autoestima, autonomía, trabajo en equipo, liderazgo, motivación y tolerancia al fracaso. Esas destrezas facilitan el desarrollo en programación e interpretación de los resultados que arrojan los computadores, y el trabajo grupal.
4. La capacitación del docente sobre las tendencias del mundo que esperan a sus educandos, las asimilen, adapten y planeen clases híbridas, “mezcla de análogo y virtual”; para el crecimiento hacia lo digital.
El desarrollo de las capacidades digitales debe estar orientado para que los ciudadanos que estamos formando hoy puedan usarlas laboralmente y hacerle frente a las demandas de la Revolución industrial 4.0, acelerada por las vicisitudes de la pandemia. Por ello, las instituciones educativas juegan un papel decisivo en el país que estamos construyendo.