En un cosmos caracterizado por la violencia, la búsqueda de la paz es un objetivo común entre las personas que luchan por una vida mejor, que, por cierto, constituyen la mayoría de los ocho mil millones de habitantes. Los jóvenes son atacados desde muchos frentes con mensajes violentos de todo tipo, lo que plantea la pregunta: ¿Cómo podemos educar a los jóvenes para que adopten una cultura de paz en un mundo convulso?
Ejerciendo la pedagogía global, La Asamblea General de las Naciones Unidas ha señalado al 21 de septiembre como un día dedicado a la paz, respetando 24 horas de paz y de no violencia, coincidiendo con el "Manifiesto 2000 para una cultura de paz y de no violencia", promovido por un grupo de Premios Nobel de La Paz en el año 1999.
Con el propósito de establecer un espacio más armonioso, es fundamental propiciar en los jóvenes una visión de justicia y respeto, para hacer frente a la hostilidad que se está generando desde las redes sociales y la vida tangible, por ejemplo, alguien escribe algo incómodo en las redes, estalla una crisis emocional que desestabiliza la interrelación pacífica.
Asimismo, según los estudios, la mayoría de los jóvenes tienen un enfoque utilitarista de la amistad y viven sin importar sus familias. En contraposición a este escenario, la educación es vital para que los educandos aprendan a ser compasivos a través de los programas de formación solidaria, enseñando a identificar, comprender y resolver conflictos de manera pacífica y constructiva mediante el diálogo.
La práctica de los derechos humanos y la ciudadanía global responsable son esenciales para fomentar la paz. En este andar es clave, vigorizar la relevancia de la diversidad y la inclusión social en las escuelas, desde la perspectiva de los Objetivos del Desarrollo Sostenible al 2030.
Dado que la escuela es el lugar más democratizador de la sociedad para la Unesco, es fundamental, fomentar la solidaridad, la empatía y la tolerancia desde una etapa temprana, liderado por los profesores, familias y autoridades locales, transformando las acciones discriminatorias en escuelas de paz.
La participación activa de los jóvenes en su comunidad y la toma de decisiones, constituyen una estrategia efectiva para fomentar una cultura de paz. Al sentirse protagonista, los jóvenes pueden inclinarse hacia un cambio positivo, inspirado en las huellas de Mahatma Gandhi.
Finalmente, el Día Internacional de La Paz es un compendio de acciones y políticas gubernamentales en pro de una juventud solidaria. La educación y el compromiso colectivo tienen el desafío de contribuir a lograr una convivencia pacífica en una época digital en la que el destino pone a prueba a nuestro porvenir.
© David Auris Villegas. Escritor, columnista, pedagogo peruano y creador del ABDIV