Hace unas semanas el columnista de El País de Cali Diego Martínez Lloreda, escogió lo que supone ha sido el más nefasto personaje del año. Lo ha denominado 'el cafre del año' y, en su opinión, es nada menos que el fiscal general de la Nación, Eduardo Montealegre. Habla, entre otras cosas, de los contratos con la tristemente célebre Natalia 'Springer'. Incluso, dice que más que una coquetería, son una grosería. Su columna fue escrita unas semanas antes de que la misma mujer sea condecorada por el propio fiscal, en un acto repudiado por buena parte del país, por tratarse más que una coquetería de una provocación.
Piden renuncia del fiscal general de la Nación
Circula en los medios virtuales una exigencia que se está viralizando: la renuncia del fiscal Eduardo Montealegre. La petición ya se encuentra en la plataforma Change.org dedicada a hacer solicitudes de peso a través del apoyo masivo de usuarios del Internet. En el momento, y con muy pocas horas de vigencia, ya cuenta con cerca de 20 mil firmantes. Seguramente, dada la coyuntura, la presión seguirá creciendo. El fiscal está por muchas razones en el ojo del huracán, pero mucho más ahora por brindarle un irrestricto respaldo a una contratista que, además de los favorecimientos contractuales, insólitamente recibe hasta un premio de su parte.
Pareciera que el fiscal general tiene alguna preferencia en particular por la periodista conocida como Natalia Springer. Además de favorecerla con contratos de miles de millones (que buenos expertos del país podrían haberlos realizado con excelentes resultados) la condecora. Un acto insólito, ya que un contratista, como mínimo, debe cumplir satisfactoriamente: entregar resultados. Para eso le pagan muy bien. Lo que pone en tela de juicio es por qué el favorecido es, además, galardonado.
¿Demostración de poder de bajo nivel?
En Colombia hay instituciones y personas que trabajan voluntariamente; es decir, sin recibir millonarios contratos de la Fiscalía (u otras instituciones) y que pueden ser reconocidos por su altruismo. Lo realizado por el fiscal general de la nación tiene más un sabor de desafío o provocación al país que ha sido crítico con su gestión, especialmente a medios de comunicación y organizaciones sociales. Da la sensación de mostrar una especie de inmadura demostración de poder.