Con edificación de bloques H e I, El Externado deteriora el paisaje de los Cerros Orientales

Con edificación de bloques H e I, El Externado deteriora el paisaje de los Cerros Orientales

"Viniendo de una casa de estudios, esta acción contra el principal patrimonio paisajístico y ambiental de la ciudad es doblemente vergonzosa"

Por: Octavio Pineda
septiembre 22, 2016
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Con edificación de bloques H e I, El Externado deteriora el paisaje de los Cerros Orientales

Construir edificios sobre las laderas de los Cerros Orientales, el mayor patrimonio paisajístico y ambiental de Bogotá, es en sí mismo vergonzoso, pues evidencia egoísmo, ignorancia, atropello y falta de conciencia frente a los derechos de la ciudadanía al disfrute del más bello paisaje natural con que cuenta la capital colombiana.

Pero que estos edificios sean obra de una casa de estudios, que en principio debe transmitir a las nuevas generaciones valores éticos y de sostenibilidad ambiental, como ocurre con los nuevos bloques H e I de la Universidad Externado, en plena construcción, es doblemente vergonzoso.

En primer lugar, porque aprovechando los vacíos jurídicos que han caracterizado al distrito en materia ambiental y paisajística, y la negligencia (o abierta permisividad) de las autoridades, son muchos los arquitectos y constructores inescrupulosos que, a falta también de autorregulación ética, están deteriorando el paisaje de los Cerros Orientales.

La Universidad Externado y sus contratistas (Total Ltda.) vienen a sumarse a una larga lista de depredadores de montaña como han sido desde hace algunos años firmas como Arquitectura y Concreto (con su arrogante ampliación de Cerros de los Alpes, en Usaquén, o Sierras del Este, en Chapinero) o Cusezar, con esperpentos megalómanos tipo la torre Kandisky, también en Chapinero.

Cualquiera que entienda un poco de sostenibilidad sabe que ésta tiene tres pilares básicos: económico, social y ambiental. Y como es habitual en el doble discurso de “sostenibilidad” de muchos constructores, la sostenibilidad económica es la que termina pesando, mientras que los componentes social y ambiental van a parar directo a la caneca.

Un principio básico, y casi una regla de cortesía, para que una obra arquitectónica sea socialmente sostenible es preguntar a los vecinos del entorno y a la ciudadanía en general qué piensan de que el paisaje de los Cerros Orientales quede tapado por un alto edificio de concreto: la respuesta claramente es de rechazo.

Vecinos de La Candelaria, que por mucho tiempo han convivido armónica y respetuosamente con los Cerros Orientales, han manifestado desde hace tiempo su indignación ante estos nuevos edificios de la U. Externado, pero como es habitual ante autoridades negligentes y medios masivos de comunicación cómplices, esas preocupaciones han tenido poco eco.

“La Universidad Externado de Colombia se complace en compartir con sus estudiantes, profesores, funcionarios y antiguos alumnos la buena noticia de la iniciación de las obras de construcción de los edificios H e I. Las nuevas instalaciones se destinarán a aulas, cafetería, salas de lectura y espacios para trabajo. Más calidad de vida para la comunidad universitaria”, expuso la universidad en un comunicado al anunciar la nueva construcción, sin aludir en lo más mínimo al deterioro del paisaje de los Cerros en ese sector de la ciudad.

Por medio de su oficina de comunicaciones, se buscó el punto de vista de la propia U. Externado al respecto, pero se limitaron a decir, como en ocasiones anteriores, que el rector es la única persona autorizada y que no se va a pronunciar sobre el tema.

En materia de sostenibilidad ambiental, cualquier persona sensata entiende que reemplazar el paisaje y los servicios ambientales de una montaña por un alto y pesado edificio de concreto atenta contra la naturaleza y contra el planeta en su conjunto. Cabe recordar que la evidencia sobre los efectos adversos del cambio climático es cada vez más abrumadora.

Por otro lado, cabe recordar que la Constitución, en su artículo 58, subraya la función ecológica de la propiedad privada y que el interés público (en este caso debería ser el disfrute del paisaje de los Cerros) prima sobre el particular, pero este artículo ha sido pisoteado con tanta frecuencia que la ciudadanía tal vez hasta ignora que existe.

Por el bien de los Cerros Orientales de Bogotá en particular, y de los recursos naturales del país en general, en Colombia no puede seguir haciendo carrera la errónea creencia de que lo que no está prohibido, está permitido. La autorregulación en materia ambiental es indispensable.

No es casualidad que la U. Externado no tenga carrera de Arquitectura, porque con qué cara podría seguir impartiéndola a sus alumnos. Y en cuanto al resto del alumnado, el mensaje que le está enviando no es tampoco el mejor.

A falta de autoridades ambientales más estrictas, ojalá que una primera sanción social provenga de la propia comunidad universitaria.

Que un padre de familia con conciencia ambiental lo piense dos veces antes de enviar a su hijo a estudiar al Externado. Y que los potenciales alumnos también lo piensen mejor antes de cursar estudios en una Universidad cuyas credenciales en materia de sostenibilidad social y ambiental han quedado tan en entredicho.

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