La economía colombiana se desmorona ante la actitud indiferente del presidente Santos y su gabinete. Con bombos y platillos fueron despedidos los ministros ‘Lucho’ Garzón y Cecilia Álvarez, después de llevar el desempleo, rebusque e inactividad a un 67 % de la población total en edad de trabajar, y alcanzar el déficit externo más alto en la historia del país. Por su parte, el ministro Cárdenas fue premiado con su continuidad en el cargo, tras feriar a Isagén y haber iniciado el desmembramiento de Ecopetrol, la empresa más importante del país.
Si no fuera por la enorme capacidad de engaño del Gobierno, estos ministros no serían considerados por algunos gremios pusilánimes y medios enmermelados como unos héroes nacionales, sino todo lo contrario.
En reemplazo de la ministra de Comercio llega la actual directora de Procolombia, María Claudia Lacouture, quien en seis años al frente de la promoción del comercio exterior del país, entrega su cargo con una diminución de las exportaciones no tradicionales en US$3.000 millones y de la inversión en US$2.500 millones. ¿Qué tal el éxito?
La nueva ministra de Trabajo, Clara López, llega al gobierno de Santos en medio de un profundo deterioro del empleo. 2.600.000 desempleados, 9.275.000 en el rebusque y 13.531.000 denominados inactivos porque están estudiando o en oficios del hogar, aunque la gran mayoría tengan necesidad de trabajar.
En una conferencia nacional del Polo, el 27 de julio de 2012, López expresó que “los gobiernos y sus tanques de pensamiento han promovido la cuestionable tesis de que el aumento del salario produce desempleo y por ende pobreza. ¿Si a menor salario, menor desempleo, con salario cero habría pleno empleo?”
La nueva ministra se encontrará con las imposiciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, que su próximo jefe promueve para el ingreso del país a este club. La OCDE ha insistido en reducir el salario mínimo, permitir pensiones por debajo del mínimo, gravar salarios y pensiones a partir de $1.500.000 y aumentar el IVA a los bienes de la canasta familiar. ¿Se opondrá la nueva ministra a estas reformas en contra de los trabajadores?
Ninguna de las medidas conlleva a una solución real de los problemas,
porque no ataca la causa de la crisis,
que es la debilidad en la producción
La orientación del actual Gobierno solo está provocando una profundización de la crisis que se refleja en el deterioro de la calidad de vida de la población. Ninguna de las medidas conlleva a una solución real de los problemas, porque no atacan las causas de la crisis, que son la debilidad en la producción que implica una escasa oferta nacional de mercancías, que se traduce en ausencia de empleo de calidad y en una demanda cada vez más débil.
Por fortuna hay muchos dirigentes gremiales, políticos, sindicales y sociales que no se dejan seducir por los cantos de sirena de un Gobierno desprestigiado, cada vez con menos capacidad para seguir manteniendo su pantomima.
@mariovalencia01