Al analizar los diversos escenarios donde se pueden enfocar emprendimientos productivos desde la economía naranja (economía creativa) se pueden observar oportunidades desde el cine, la música, la literatura o el arte, entre otras disciplinas que propone este modelo productivo.
Pero es muy importante establecer que para lograr un mayor beneficio desde esta alternativa de producción, se debe enfocar en la generación de “valor” y de “valores”. En un primer aspecto, desde “el valor” es que se debe obtener un beneficio económico sustancial que permita la reinversión y la distribución de riqueza dentro de la generación de valor agregado al producto que se desarrolla desde la creatividad; por otra parte, es necesario generar valores estéticos y sociales que permitan convertir los productos en herramientas que promuevan la reflexión y el crecimiento social y cultural de la población.
Algo muy importante es promover el beneficio económico de esos productos/servicios generados desde la creatividad. Al enfocar aspectos como, por ejemplo, la creación artística se debe distinguir que el artista busca una satisfacción a sus necesidades espirituales y estéticas, pero, a menudo, no ve su arte como un elemento que pueda ser mercantilizado. Por eso es vital convencer a los artistas, escritores, músicos y creadores audiovisuales que el “lucro” no es un enemigo del arte o del mensaje.
La riqueza que puede generar su creación es un beneficio para él y para otros involucrados en el proceso creativo. Un escritor, para colocar un ejemplo muy evidente, al desarrollar su obra literaria está consumiendo insumos que le ayudan a desarrollar su idea como, por ejemplo, una conexión a internet o el tiempo de trabajo sentado frente al ordenador dando forma a su obra; al mismo tiempo, al culminar su trabajo se presenta la oportunidad de trabajo para varias personas como lo son el corrector de estilo o el diseñador gráfico que diagrama la obra o diseña la portada.
En el campo de la cinematografía se pueden involucrar una cantidad muy significativa de personas que van desde el guionista hasta el auxiliar de sonido. Basta observar los créditos finales de cualquier producto fílmico para contabilizar los beneficios directos e indirectos de la creación cinematográfica.
La creatividad, vista como oportunidad de desarrollo económico, es un aspecto que puede servir para impulsar todas las áreas de la producción material e inmaterial. En una empresa de producción porque desde la aplicación del proceso creativo se pueden generar nuevos productos y procesos productivos que generen eficacia y eficiencia en sus actividades de manufactura, distribución y comercialización y, en el caso de las empresas creativas, por la infinita posibilidad de generar oportunidades de trabajo para una ingente cantidad de personas que pueden desarrollar su talento y habilidades en el proceso de desarrollo y puesta en marcha de diversos emprendimientos nacidos de las ideas.
Pero, y esto es muy importante, se debe quitar de la mente de los creadores en el mundo de las artes la perniciosa idea de que el lucro está reñido con el mensaje o la creación artística. Se puede crear conciencia y generar productos de gran calidad, pero entendiendo que se debe procurar mantener la estética y el buen gusto para aumentar los beneficios de valor y de valores que esta economía creativa puede ofrecer como un elemento más de desarrollo para Colombia.