En estos tiempos de crisis la mejor opción frente a la hecatombe es la ecología mental, una respuesta sentí-pensante de todos aquellos que luchan por una sociedad más humanizada y en paz.
Este fin de semana se desarrolló en las instalaciones de la Pontificia Universidad Javeriana un evento académico a cargo del Dr. Leonardo Boff, reconocido teólogo de la liberación e intelectual brasileño, su discurso y sus visionarias ideas llegan en un momento en el que Colombia atraviesa por una etapa definitiva en la construcción de la paz y la apertura democrática, por este motivo, la idea de una ecología mental para la paz deja huella en la nueva sociedad que está pariendo esta era.
Hablar de ecología mental es tener la capacidad de anteponer el otro en ves del yo, es saber que por encima de los intereses económicos existe un planeta al cual se debe respetar, conservar y ante todo proteger, actuar con una ecologización del pensamiento es abandonar el paradigma clásico del capitalismo, la prevalencia del valor de cambio sobre el valor de uso. Esta nuestra única nave espacial, la tierra, en la que viajamos millones de seres, que en su gran mayoría se escapan a nuestros sentidos, han develado la gran biodiversidad que puede llegar a habitar en unos pocos gramos de suelo, el mismo que nos brinda lo que muchos llaman “riquezas naturales”.
Actuar con una lógica que se basa en lo ecológico es poner en práctica la defensa de los bienes comunes: suelo, agua, biodiversidad, territorio, paramos, bosques, etc. Es vivir siempre buscando el bien común para el medio circundante, como lo expresara el papa Francisco en su carta encíclica Laudato Si’ refiriéndose en repetidas ocasiones a la casa común “como una hermana, con la cual compartimos la existencia, y como una madre bella que nos acoge entre sus brazos, (…), esta hermana clama por el daño que le provocamos a causa del uso irresponsable y del abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella. Hemos crecido pensando que éramos sus propietarios y dominadores, autorizados a expoliarla.”
Estas palabras son precisas para decir que la sociedad en su conjunto necesita cambiar sus formas de acumulación excesiva de riquezas y capital, es tiempo de frenar las locomotoras del saqueo y la desolación, pensar en una ecología mental es seguir buscando en los saberes ancestrales la manera sencilla de vivir en armonía con nuestros hermanos, como en su tiempo san Francisco de Asís lo plasmara en su canto a las criaturas, donde todo evento creador era digno de devoción y respeto, desde el minúsculo ser vivo hasta el más enorme astro del universo y es precisamente ese sentido único de la generalidad y la complementariedad el que hace que ninguna existencia en este mundo este desligada de las fuerzas que componen la madre tierra. Esa fragmentación del pensamiento en diferentes ciencias, verdades y teorías produce que el ser humano cada día se aparte de su esencia como un ente que pertenece a un todo en general, que no busca más que la satisfacción propia, sin pensar en el daño transmitido al mundo.
Qué bueno sería que al finalizar la mesa de diálogo y durante el postacuerdo sean más los que se sumen a la propuesta de generalizar la ecología mental como parte de la acción practica de los colombianos.
Pero nadie más predilecto para profundizar en esta idea que el propio maestro Boff, sus innumerables reflexiones pueden verse y buscarse en muchos sitios de la red, por eso es necesario compartir sus reflexiones:
https://www.youtube.com/watch?v=kPhPAXD8zcE